Quién se quiere ganar el cielo?

¿Quién se quiere ganar el cielo?

Yo no soy católico. Me bautizaron con pachanga, borrego, carnitas, harto alcohol y todos mis parientes, sin mi consentimiento.

Como aquí ya he relatado, hice mi Primera Comunión, justito antes de graduarme de la secundaria, y con la plena convicción de que era un requisito indispensable para salvar mi alma del fuego eterno al que sería condenado por todas mis perradas infantiles.

Como diría Joan Sebastian, de un tiempo a la fecha, decidí ya no creer en los sacerdotes y en muchos amigos, parientes, enemigos y desconocidos que profesaban esa fe.

Hoy creo en Dios. Hablo con Él. Casi siempre le reclamo algunas cosas. A veces le pido muchas explicaciones – la última sigue sin respuesta: “Pues qué pasó, Señor, con Moreira; no que lo íbamos a hacer embutido y venderlo en el Museo del Jamón Ibérico de La Gran Vía?”- .

Usted se preguntará, estimada lectora- lector querido: ¿Y a mi qué shingaos me importa en lo que crea el orejón? Les respondo: en nada. Sólo quería externarlo porque a cada lugar al que voy, una buena cantidad de amabilísimas personas, me pide pueda darles boletos para la misa que oficiará don Francisco, el próximo 14 de febrero.

Ante las innumerables solicitudes, hago un atento aviso.

Queridísimos amigos míos, conocidos y no, les reporto que gracias a Dios, no tengo ningún tipo de lazo sanguíneo con don Norberto Rivera. Una sola vez lo he visto. Lo entrevisté en una reunión callejera, a la una de la tarde frente a Catedral, en mayo a 42 grados y sólo atine a preguntarle si no tenía calor con semejante ropaje. Deberás entender, lectora- lector querido, que yo traía los sesos en calidad de licuado de mamey.

La respuesta fue que el ropaje de Dios pesa pero refresca.

Sopas. Yo quiero uno, alcancé a decir mientras se me derretían las entrañas.

Prosigo. No tengo ningún contacto de alto o bajo nivel en ninguna de las Diócesis organizadoras de los actos papales.

Me limito a ser mensajero de sus informaciones, y tán tán.

No me llevo bien (ni mal) con ningún sacerdote que pueda deslizarme unos pases en zona Vip, preferente, luneta o grada.

Conozco a un par de revendedores pero sólo tienen boletos para el Toluca y un chorro de boletos para Chabelo, que ya se les quedaron.

Con enorme gusto y honor, he sido considerado por la empresa para la que trabajo de conducir en la transmisión en vivo que hará el 13 de febrero en el Zócalo de la Ciudad de México, y la misa de Ecatepec, el 14.

Por lo tanto, lamento no poder ayudarlos en la obtención de sus boletos; recomiendo, sí, que sigan la trasmisión de Tv de TVC o el Megacanal, que ahí procuraré estar.

Que no se diga que no informe mi condición de ajeno eclesiástico.

Por lo demás, bienvenido Francisco a este estado, que ha sido arreglado ex profeso, para que por donde pases veas cosa que no son.

Nos encontramos en @gfloresa7.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *