Perritos que acompañan a peregrinos son abandonados a las afueras de la Basílica de Guadalupe

Félix es un perro mestizo que, por tercera ocasión, ha acompañado a los peregrinos que asisten a la Basílica de Guadalupe durante las celebraciones religiosas del 12 de diciembre.

“Este año llegó más juguetón”, aseguró Juan, un comerciante quien hace tres años nombró al canino como Félix por su color negro con manchas blancas que asemejan al personaje de una caricatura, y al cual ha alimentado con bistecs, pollo y chorizo desde el domingo pasado que llegó a las inmediaciones del templo del Tepeyac.

El canino, que por algunos locatarios es conocido como el perro guadalupano, “se ha robado el corazón de los comerciantes”, afirmó Ernestina, una vendedora de flores que este año le regaló un suéter a Félix, el cual rompió después de que lograran colocárselo.

La historia de este can es una más que se suma a las que año con año conforman la comunidad denominada perros peregrinos, la cual fue nombrada así por las asociaciones protectoras de animales, debido a que detectaron que los feligreses que asisten a la Basílica de Guadalupe alimentan durante su recorrido a perros callejeros, quienes los siguen hasta el recinto ubicado en la delegación Gustavo A. Madero.

Sin embargo, cuando los peregrinos pagan su manda religiosa, éstos regresan a sus hogares a bordo de transportes particulares o públicos, donde los canes ya no tienen cabida, quedando así varados en inmediaciones del recinto católico.

Con información de : 24-horas.mx

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