Estudian sustancia en el agave con potencial contra obesidad

Investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) detectaron sustancias en el agave que permiten controlar el apetito e incluso pueden revertir daños causados por la obesidad y recuperar la microbiota intestinal. Las agavinas son fructanos obtenidos a partir del agave y tienen características similares a las inulinas, las cuales actualmente tienen un mercado millonario. Adicionalmente, los científicos han identificado que las agavinas disminuyen la concentración de glucosa y triglicéridos y colesterol posprandial.

“En muchas especies de agaves hemos identificado la presencia de agavinas, aunque no nos ha sido posible evaluar todas las especies en el país ya que ascienden a cientos”, señala Mercedes Guadalupe López Pérez, investigadora del Cinvestav Unidad Irapuato, quien descubrió y ha estudiado las agavinas por más dos décadas.

La especialista piensa que todos los agaves contienen estas sustancias, sin embargo, la creencia popular es que sólo es una característica del A. tequilana Weber, variedad azul, lo cual generaría su sobreexplotación. “Sería ideal dejar esa planta para la industria tequilera y los otros productos hacerlos a partir de otras plantas”.

En estudios de laboratorio, los investigadores del Cinvestav demostraron que las agavinas, al ser fructanos y funcionar de forma similar que las inulinas (que se extraen principalmente de la planta achicoria), funcionan como prebiótico de gran calidad, apunta un comunicado institucional. Las agavinas pueden ser utilizadas como suplementos que regulen la saciedad y consecuentemente el peso.

Adicionalmente, en estudios en animales, los investigadores han hallado que las agavinas también incrementan la secreción de la incretina, hormona que controla el apetito, a la vez que reduce la producción de la grelina, encargada de inducir el ansia por comer. Así, los científicos han comprobado que el consumo de agavinas es benéfico para el control del apetito y con ello disminuir el peso y revertir daños causados por la obesidad, además coadyuvar en los causados por síndrome metabólico, diabetes y osteoporosis.

El grupo de investigación analizó muestras fecales de animales con sobrepeso a los que se administró agavinas con una dieta baja en grasa para identificar también el contenido de posbióticos. Hallaron que éstos tenían una microbiota similar a aquellos animales considerados con peso normal y completamente sanos.

De acuerdo con la investigadora, en 2019 se llevó a cabo un estudio clínico en pacientes con obesidad, el primero en su tipo en México. Después de dos décadas estudiando las agavinas, Mercedes G. López mencionó que aún hay mucha información en torno a estas sustancias benéficas para la salud que pueden ayudar a desarrollar una industria altamente rentable para el país, sobre todo en aquellas zonas áridas donde pueden crecer diferentes tipos de agave.

Con información de: cronica.com.mx

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