En medio de la final del US Open Serena Williams protagonizó una escena indigna del espíritu deportista cuando enfrentaba a Naomi Osaka, una de las mayores figuras de futuro del tenis femenino; la estadounidense perdió el partido con marcadores de 2-6 y 4-6.
Durante el encuentro Williams se saltó el reglamento en más de una ocasión y, cuando se ganaba alguna reprimenda por parte del árbitro, la norteamericana explotaba en furia y atribuía estas llamadas de atención a una situación de género y raza, asegurando que se trataba de un claro ataque a su persona; “¡Eres un mentiroso y un ladrón! ¡No me volverás a arbitrar nunca más! ¡Si fuera un hombre no me harías esto!”, fueron algunas de las expresiones que la fúrica tenista lanzó contra el árbitro.
Serena fue primero sancionada por recibir coaching por parte de su entrenador Patrick Mouratoglou, con una multa de 4 mil dólares. Después la estadounidense estrelló su raqueta al perder un tiro en el segundo set, donde se le aplicó directamente un punto de penalidad y 3 mil dólares más de sanción.
La ultima amonestación fue de 10 mil dólares de multa, por abuso verbal, y se la penalizó con un game entero; decisión que terminó con Williams llorando en el banco y el público abucheando en favor de la local, situación que duró gran parte de la ceremonia de premiación.
Las multas le fueron impuestas por el juez portugués Carlos Ramos, árbitro de categoría Gold Badge de la Federación Internacional de Tenis (ITF) -el más alto nivel entre los jueces del tenis mundial-, quien además tiene una vasta experiencia en el circuito. Por llegar a la final Serena será premiada con 1 millón 850 mil dólares, por lo que la multa recibida apenas significa menos del 1 por ciento del premio.
Con información de: http://radioytvmexiquense.mx