La Vaca Lola

La vaca Lola

Una perversa mente criminal, quizá salida del sótano más lúgubre del PRI, tuvo la infame idea de componer una canción llamada “La vaca Lola”, que describe a un ser vacuno, que “tiene cabeza y tiene cola y hace muuuuu”.

El infame compositor que me imagino es primo hermano de Sergio Andrade y vecino lejano de Armando Manzanero, no contento con la horripilante composición, en un arranque heródico, decidió que la melodía, que tiene un tono de tambora sinaloense, fuera parte del repertorio moderno de la música infantil.

Como sabrás, lectora, lector querido, mi vida está llena de moconetas y moconete meshicas. Todos con la bendecida alegría de vivir la rebana de vida que les toca intentando ser y hacer de la felicidad el mejor pretexto para ser. Pues bien, gracias a eso, desde hace 20 años he transitado la vida fumándome a todos los semiartistas infantiles que México y Televisa nos han regalado.

Tatiana, fue la primera gran aparición musical infantil en mi vida paternal.

De ahí, todo se descoció. Llegó Barney (cortesía del nuevo PRI), Cri- Cri – muy alburero- y una gama extensa de música semiinfernal que pasó de casette hasta la memoria (torcida), y que retumba todas las noches en mis menguados sueños.
Me descocí. La Vaca Lola, continúo, la llevo en el tuétano.
Me dan unas ganas inmensas de mandarla, junto con su autos, a la Comarca Lagunera y que Lala se encargue de deslactosarlos y mandarlos en calidad de filete.
No lo haré.

Cuatro días tuve la dichosa canción en mi cerebro.

Mi OTI particular estuvo integrado por la melodía cantada por Mario Pintor, Alondra y Crystal. Me quiero moriri en Houston gritando leperadas.

A todos lados me seguía la infame composición. Acá su guey en la cama: “La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuu”.

En el auto: “La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuu”.

Corriendo: “La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuu”.

En la regadera: “La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuu”.

En el trabajo: “La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuu”.

Así cuatro espantosos días. Cuatro.

Llega el viernes. Amanece y mi mente está libre. Ya quisiera Emir Garduño tener la libertad de mi mente y unos tacos de canasta que seguro no ha probado.

Allá va su librepensador a conquistar la vida sin Lola.

Dos de la tarde. Alguna desquiciada esquina en el centro de Toluca. Miles de moconetes salen de clases. Uno de ellos, el muy pelado, de la mano de su mamá, sí, sí, va cantando “La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuu”. Yo reacciono. Pasan a un lado mío. Intento subir la ventana. Elevo el esterero; acelero en neutral para no escucharlo. Canto algo de Juanga. Me tapo los oídos; cierro los ojos. Aprieto todo mi ser. Y… está de regreso.

“La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuu”.

Ya se irá. Espero. Siempre y cuando Pina, Delfi, Feyo o Chilo no la utilicen para su campaña.

“El voto tuyo, el voto tuyo, tu me lo das y te envió un desayuno. Di que siiii”.

Nos encontramos en @gfloresa7.

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