Vitaminas, por favor

Mi alma sigue desfigurada.

No me hallo y me siento lacio, lacio.

Siento a mi país descafeinado, enfadado, desconcertado y a punto de que todos nos demos, entre todos, unos azotes con toalla mojada en plena nuca.

El destino se empeña en hacernos creer que seguimos viviendo en la época de oro del cine mexicano, donde al final y luego de horrorosos llantos de Marga López (hasta porque la mosca se paró en el “Niño envuelto”), pasando por los cachetadones de Fernando Soler a uno de sus hijos (de lachin), que andaba metido en venta ilegal de resortes para calcetines, éste México tiene y debe ser un valle de lágrimas.

El gobierno en turno (así dicen las expresiones políticamente correctas) ha demostrado su olímpica capacidad para tener un desmadre dentro y fuera. Se ha afianzado, cual cobrador de Elektra, a la ubre de la corrupción y la ineptitud, y ha dejado ver su lado más oscuro, recóndito y peludo como administrador de los bienes.

A eso hay que sumarle la impunidad rampante y el silencio cómplice que nos han entregado exquisitos casos de cinismo y ratería, encabezados por don Javi Duarte que, sólo hasta este momento, es el más visible pero no el único.

Carajo, muñeco, qué pesimista amaneciste; se oye una voz que murmura.

Quizá sea que acá su próxima “cuchara grande” y encargado del departamento de “remojamiento” de tabiques para El Muro está viviendo sus últimos momentos en el tercer piso, y se asoma, amenazante el número 40.

Será que noviembre ha sido particularmente lluvioso y pedantemente decembrino.

Será que más cosas malas se descubren en Veracruz, y menos cosas buenas estamos dispuestos a hacer (le dijo buenos días a sus vecinos?).

Ando volando bajo. Si me ven, procuren darnos los buenos días, un gran abrazo y conjugar el nosotros, que es la mejor manera de vivir.

PAPÁ PEPE.

Y entre mi sangrón pesimismo de este domingo, una noticia me alegra el muégano: la llegada de un moconete que inaugurará su vida el próximo año, y es frutita de Pepe Nader, que tendrá turno al bat como papá.

Las cosas buenas no se cuentan, pero cuentan mucho, dice el lamentable clásico de la narrativa copetona.

Para Pepe – el Chicharito Grillo- mi más sincero abrazo; para su novia, mi más sincera felicitación; y para su frutita: los de acá ya estamos trabajando para que te encuentres un México más digno y menos amurallado.

ÑARTAÑÁN.

El Nanche de Toluca – la frutita de mi vientre- ha comenzado su preparación infantil para ser Michael Phelps, pero sin ser marihuano.

Las dos primeras clases asumió su papel de charal y gustoso se aventó al agua.

De aquellas dos sesiones a la fecha, no ha visto la suya. Cada que entra al agua le dan una tremendas sumergidas como para que conozca los azulejos del suelo de la alberca, lo que lo obliga a darle infames tragos y comenzar su tratamiento de orinoterapia.

Pese a ello, gustoso se ajusta su traje de baño, su pañal con salvavidas incluido, y se lanza con el objetivo de flotar.

Ya van dos buenas.

LAS MINIDIPUTADAS.

Gaby y Pato otras dos integrantes de la tribu que encabezo, han comenzado su deslizamiento anual hacia la felicidad y amenazan con hacer del fin de año una fiesta permanente. No me bajan de “ruquín”, pero no saben que, secretamente, las dos me hacen más niño.

A Ale, la espero siempre con los brazos abiertos, igual que a Regina.

Sí, mi país anda nublado, pero siempre hay soles más luminosos.

Que esta semana encuentres los tuyos, querida lectora- lector mío.

Nos encontramos en @gfloresa7

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