Hoy cumple 85 años Silvia Pinal

Silvia Pinal Hidalgo, nació en Guaymas, Sonora, en 1931.

Se inició como actriz teatral sobre el escenario del Ideal capitolino a una edad muy temprana, gracias a su relación sentimental (que pronto se formalizaría en matrimonio) con el actor y director Rafael Banquells.

Su debut cinematográfico tuvo lugar en 1948, cuando sólo contaba con 17 años, en la película Bamba, de Miguel Contreras Torres: allí ostentaría ya las características que harían de ella una actriz singular en el panorama artístico mexicano. Con su voz ronca y sensual y un atractivo físico de enorme agresividad, encarnó a una joven veracruzana, embarazada por el arrebato erótico del villano Tito Junco.

Formó pareja con el cómico Germán Valdés, Tin Tan, en dos películas producidas el mismo año (1950) y por el mismo director, Gilberto Martínez Solares: El rey del barrio y La marca del zorrillo, que contribuyeron a popularizar definitivamente la imagen de Silvia Pinal en todo el país. A partir de entonces, su categoría se elevó al nivel de las estrellas indiscutibles del período (Pedro Infante, Marga López o Silvia Derbez), con los que compitió en ocasiones en el mismo reparto. Tal es el caso de Infante, con el que volvió a coincidir a lo largo de 1952 en tres títulos: Sí… mi vida, de Fernando Méndez; Por ellas, aunque mal paguen, de Juan Bustillo Oro; y Un rincón cerca del cielo (1952), de Rogelio A. González, que le deparó la oportunidad de porfiar con Marga López por el galán cantante. La última película que los emparejó fue El inocente (1955), también de Rogelio A. González, quien tuvo el acierto de dar el papel de madre de Silvia Pinal a otra institución del cine mexicano, Sara García.

Divorciada de su primer marido, Silvia Pinal se casó con el productor Gustavo Alatriste, lo que le proporcionó en el aspecto profesional la mejor oportunidad de su vida: conocer a Luis Buñuel y trabajar a sus órdenes, consecutivamente, en tres obras significativas del director aragonés: Viridiana (1961), El Ángel exterminador(1962) y Simón del desierto (1965).

Si la carrera de Silvia Pinal puede establecerse a través de sus compromisos matrimoniales, el tercer marido condicionó su vuelta a los escenarios y su establecimiento como estrella de la televisión mexicana: el popular cantante Enrique Guzmán, con el que protagonizó ¡Cómo hay gente sinvergüenza! (1971), de René Cardona Jr., le proporcionó una fama en su país que alcanzaba a los espectadores más jóvenes y que le permitió presentarse como estrella de comedias musicales (Mame y Hello, Dolly!), así como regentar dos teatros propios, el Silvia Pinal y el Diego Rivera, y aparecer de modo estelar en numerosos espectáculos televisivos.

Habiendo alcanzado el grado de «gran dama» del espectáculo mexicano, contrajo todavía un cuarto matrimonio con el político Tulio Hernández. Además de los méritos de su propia carrera, es justo consignar que la actriz ha sido además el centro y origen de una saga artística que incluye a sus hijos (la actrices Silvia Pasquel y Viridiana Alatriste, la cantante Alejandra Guzmán, el músico Enrique Guzmán Jr.) e incluso a una nieta, la cantante pop Stephanie Salas.

FUENTE: biografiasyvidas.com

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