El domingo 24 de abril de 2016 se llevó a cabo una marcha; más de 6000 personas partieron de Ecatepec, municipio con mayor índice de feminicidios en el país, rumbo a la capital mexicana. También hubo manifestaciones en otras ciudades como Ciudad Juárez, Guadalajara y Xalapa. La marcha en la Ciudad de México concluyó en el Ángel de la Independencia. El objetivo: pedir fin a la violencia, cambiar normas y abogar por la equidad de género y los derechos de la mujer, ya que  las cifras dadas por la OMS nos dicen que una de cada tres mujeres experimentan algún tipo de violencia (física, psicológica, sexual o económica) comenzando desde sus propios hogares, campos de trabajo, en la calle, en los camiones, en el  metro…  En cuanto a mi experiencia, todas las mujeres que han llegado a mi consultorio, alguna vez en su vida han sufrido de violencia, las más comunes son la psicológica y la física pero también relatan haberse sentido impotentes, angustiadas y con mucha rabia cuando son acosadas o abusadas en la calle o en el transporte público. La violencia puede ocasionar daños irreparables en la salud mental de las mujeres, que puede ir desde el aislamiento, la depresión, la ansiedad y  la baja autoestima, hasta el suicidio. En sus relaciones sexuales también pueden presentar negación a tener contacto con su pareja por dolor, anorgasmia, vaginismo o estrés postraumático. El daño emocional les impide reconocerse como personas valiosas capaces de construir un proyecto de vida; los daños ocasionados, como dije antes, a veces  irreparables, deben ser tratados con un buen análisis terapéutico a fin de que la víctima pueda hablar de lo ocurrido, confrontar sus miedos, conocer su historia de vida y así fortalecerla, de manera que logre tener confianza y seguridad en sí misma,  y cambiar las creencias de género, que plantean que las mujeres deben someterse a su pareja.

La violencia y el abuso la mayoría de las veces comienzan en los propios hogares y son los padres o algún familiar quienes los provocan. Por tantos y tantos años de impunidad, dolor e  ignorancia, es que se están agrupando personas de muchas ciudades para luchar con el objetivo que esto acabe. Todo comenzó con un pequeño grupo de mujeres que fue creciendo a través de Facebook y hoy se ha convertido en una de las mayores movilizaciones en todo el país

Sus gritos y mantas decían “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más” “desnudas o vestidas respeta  nuestra vida” “si tocas a una respondemos todas” “porque nos queremos vivas, libres y juntas”.

ARACELI NORIEGA CHI

Licenciada en Psicología Clínica y Educativa

Psicoanalista

Aranochi.510@hotmail.com

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