Con motivo del Día Internacional de la Lengua Materna, el presidente municipal constitucional de Toluca, Fernando Zamora Morales, exhortó a los pueblos indígenas del municipio a sentirse orgullosos de su pasado, tradiciones e historia y enseñar el otomí, el matlatzinca o el náhuatl a las nuevas generaciones porque «es parte de nuestro legado cultural”.
Como reconocimiento a la diversidad cultural y lingüística que existe en la capital mexiquense, se conmemoró el Día Internacional de la Lengua Materna con una muestra artesanal y gastronómica indígena y con la participación de un coro de niñas y niños de la escuela primaria “Profesor Francisco Estrada”, de la comunidad de Tlachaloya Segunda Sección, que interpretó cantos en otomí, desde una oración a los cuatro puntos cardinales hasta las tradicionales Mañanitas.
A través del programa el “Valor de la lengua materna”, implementado por la administración que encabeza el alcalde Zamora Morales, se imparten cursos de otomí dirigidos a la población de comunidades con presencia indígena como San Andrés Cuexcontitlán, San Pablo Autopan, Tlachaloya I y II, San Cristóbal Huchichochitlan, entre otras.
De acuerdo a la encuesta intercensal realizada por el Instituto de Información e Investigación Geográfica, Estadística y Catastral del Estado de México 2015, en la entidad hay 421 mil 743 personas mayores de tres años que hablan alguna lengua materna, de ellas, Toluca cuenta con 23 mil 822 que colocan a la capital mexiquense dentro de los cinco municipios con mayor número de hablantes de una lengua originaria.
En la celebración del Día de la Lengua Materna, realizada en la Concha Acústica, el primer edil estuvo acompañado también por integrantes del Honorable Ayuntamiento, a quienes agradeció su presencia e invaluable apoyo en beneficio de los toluqueños, además asistieron miembros del gabinete, autoridades indígenas como el Consejo Supremo Otomí y representantes de otras etnias originarias de la entidad.
Luego de la ceremonia, el munícipe recorrió las típicas Alacenas, ubicadas en la Plaza Fray Andrés de Castro, e invitó a más de medio centenar de personas que se acercaron a saludarlo, una tradicional garapiña fría para aminorar el calor.