Las lluvias no solucionan la emergencia de mortandad masiva que enfrenta la población de monos aulladores en el sureste, y solo «dan tiempo para emprender verdaderas acciones de conservación», aseguró la organización no gubernamental Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (Cobius); de esta especie han fallecido 234 ejemplares a causa del golpe de calor, de acuerdo con las autopsias.
Apuntó que ha trabajado coordinadamente con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Tabasco y con las direcciones de Protección Civil de los municipios de Cunduacán y Comalcalco, así como con grupos voluntarios de distintas comunidades y estados para el rescate de monos saraguatos afectados por los golpes de calor y otros factores.
En un comunicado, la asociación civil dijo que sus acciones han sido respaldadas por la comunidad de primatólogos del país que, ante la emergencia, han conformado el «Grupo de Atención SOS Saraguatos» para el envío de grupos de especialistas que participan en el levantamiento de datos en campo, haciendo recorridos y conteos de monos vivos y muertos en Comalcalco y Cunduacán.
De igual forma, ese grupo ha dirigido cartas de opinión técnica a la Presidencia de la República y a la Semarnat, pero solo la Presidencia ha contestado.
Aseguró que la cifra actual de monos aulladores muertos (alouatta palliata mexicana) es de 234 individuos, «únicamente en Tabasco».
La ONG aclaró que «a pesar de que esta cifra es alta puede estar subestimada, ya que obedece a una parte del territorio que como organización pudimos atender».
Aseveró que el impacto fue mayor y la única forma de medirlo es realizando un censo en toda la región de La Chontalpa.
Apuntó que de acuerdo con lo resultados de necropsias y análisis moleculares, se encontró que «el detonante de la mortandad fue el incremento de la temperatura y su permanencia por más de 30 días por arriba de los 42° C».
Dijo que bajo estas condiciones, los primates han estado sujetos «a un estrés constante, debido a la degradación de su hábitat, tala inmoderada, caza, competencia por espacio y alimento, baja calidad de los alimentos, (por los que) tienen que usar alimentos alternativos como enredaderas y bajar al suelo exponiéndose a parásitos y a enfermedades propias de animales domésticos y humanos (virus y bacterias)».
Agregó que estos factores hacen sinergia con el incremento de la temperatura provocando un estrés térmico que genera inflamación aguda y sobre todo impacta mediante una respuesta totalmente ineficiente del sistema inmune.
Con información de: proceso.com.mx