El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este miércoles cuarentena nacional durante cuatro semanas, incluyendo el cierre de escuelas y negocios, como última señal de que Europa está perdiendo nuevamente el control de la pandemia de COVID-19.
“Hicimos todo lo que pudimos para tomar estas decisiones lo más tarde posible, hasta que se volvieron estrictamente necesarias”, advirtió Macron este miércoles en un discurso a la nación. “El virus es más contagioso y mortal”.
Macron imploró a la gente que hiciera un esfuerzo adicional a medida que el cierre comience a entrar en vigencia el próximo sábado. Las restricciones serán flexibles este fin de semana, durante las vacaciones de Pascua, para permitir que las personas se reubiquen.
La medida representa un cambio de política para Macron, quien había favorecido medidas enfocadas y rechazado los consejos de medidas más estrictas que podrían representar riesgos políticos a un año de las elecciones presidenciales.
Las escuelas, incluidas las guarderías, cerrarán durante tres semanas del 12 al 26 de abril. El cierre de las aulas era algo que Macron había querido evitar, a medida que se enorgullecía de mantenerlas en funcionamiento.
“Somos uno de los pocos países que mantuvo las escuelas abiertas porque creemos en esta inversión, nuestros jóvenes necesitan aprender y nadie sabe las consecuencias sociales y económicas de los confinamientos a largo plazo.
El mandatario francés reconoció los errores en el manejo de la pandemia, pero dijo que el país estaba aprendiendo de ellos.
Macron también estableció un cronograma para la reapertura del país, diciendo que las terrazas de bares, restaurantes y cafeterías, así como algunos lugares culturales, reabrirán a mediados de mayo para que Francia redescubra el “arte de vivir”.
Este miércoles, Italia se unió a Alemania para extender sus cierres parciales hasta abril. El resurgimiento del brote en la región es un revés para los Gobiernos, cuyos planes para recuperar la vida normal y reactivar sus economías ya se han visto obstaculizados por el lento despliegue de vacunas en toda la Unión Europea.
Con información de : El Financiero