La situación actual del coronavirus en América Central y del Sur es la “más compleja” que la Organización Mundial de la Salud enfrenta a nivel mundial, informó este lunes su director de emergencias.
Michael Ryan, aseguró durante la conferencia habitual de actualización sobre COVID-19, que la región sufre de un aumento de casos y se necesita liderazgo político.
“Lo que vemos desde México hasta Chile es una tendencia de aumento de casos, con algunas notables excepciones. Es un momento de gran preocupación, y es un tiempo en el que necesitamos un fuerte liderazgo de los Gobiernos, así como una gran solidaridad con la región para controlar esta enfermedad. No se trata de un solo país, son muchos los países que están enfrentando brotes severos”, aseguró el experto.
Ryan advirtió que como sucedió en Europa y en Norteamérica, los sistemas de salud están bajo una verdadera presión en este momento, mientras existe una gran cantidad de miedo y confusión a nivel comunitario por diferentes razones.
“En este momento, la epidemia en América Central y del Sur es la más compleja de todas las situaciones a las que nos hemos enfrentado a nivel mundial, y una en la que el mundo necesita trabajar y buscar el apoyo y la ayuda de los países de la región para ayudarlos al abordar esta pandemia de alto impacto”, reiteró el director de emergencias.
La situación en América Latina ha contribuido a que el domingo se reportara la cifra más alta de contagios en un solo día: 136.000. Un 75% de esos casos vinieron de 10 países, en su mayoría en las Américas y el sudeste asiático.
Preguntado por Guatemala, el experto aseguró que el país aún no alcanza el pico de contagios, y que se ha visto un incremento del 50% en la última semana.
“También hay un aumento muy preocupante de hasta el 100% en el número de muertos. Sin embargo, el número absoluto de casos sigue siendo bajo, lo que es posible que signifique que hay una mejora en los sistemas de vigilancia”, explicó.
Cuestionado sobre los reportes que afirman que en Brasil eliminó los datos del sitio web que documenta la trayectoria de la epidemia por Estado y municipio, y que dejó de informar el recuento total de casos confirmados, Michael Ryan afirmó que la Organización Panamericana de la Salud sigue recibiendo los datos más actualizados y que espera que esto continúe.
“Es muy importante para sus ciudadanos que sepan dónde está el virus para abordar los riesgos que este representa, y esperamos y confiamos en que las confusiones que hay en este momento se puedan resolver, y que el Gobierno continúe comunicándose de una manera consistente y transparente con su pueblo para superar esta pandemia. Seguiremos trabajando con ellos a través de nuestra oficina regional”, afirmó.
l director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud aseguró que América Central y del Sur tienen una larga victoriosa historia en combatir enfermedades infecciosas.
“Fue el primer subcontinente que erradicó la polio y el sarampión, además, de lidiar efectivamente contra las epidemias de cólera. Se trata de una región con grades capacidades para controlar enfermedades infecciosas, así como con un gran nivel de preparación de riesgo de desastres”, aseguró,
Ryan dijo que esperaba en que el liderazgo de la región haga uso de su indudable capacidad científica y de salud pública, así como de la fuerza de sus comunidades para enfrentar la pandemia.
“Lo que queremos ver es a los Gobiernos trabajando juntos para demostrarle una vez al mundo las capacidades que tienen estos países, así como su habilidad para trabajar individual y cooperativamente para acabar con las enfermedades infecciosas. Lo hicieron en el pasado y no tengo ninguna duda de que si toman las decisiones correctas de una manera coordinada, lo lograrán de nuevo”, dijo.
La doctora Maria Van Kerkhove recordó que los estudios serológicos siguen indicando que la mayoría de la población del mundo es susceptible a infectarse de COVID-19.
“Esto está lejos de terminar. Sé que muchos queremos que termine y que estamos viendo señales positivas en algunos lugares, pero está lejos de terminar y tenemos que reforzar nuestras actividades y la infraestructura, que sigue sin estar a punto en muchos países”, dijo.
En el caso de América Latina, la epidemióloga recomendó volver a lo “básico”: el enfoque integral que la Organización Mundial de la Salud ha recomendado desde el comienzo.
“La idea de que tenemos una población entera comprometida sabiendo qué papel juega cada individuo durante esta pandemia es fundamental, cómo puedo protegerme, cómo puedo proteger a mi familia, cómo puedo evitar la posibilidad de transmitir a alguien más que pueda ser más vulnerable, es importante que lo sepan”, dijo.
Además, también tener una infraestructura de salud pública para poder encontrar y aislar casos, y para atenderlos en instalaciones médicas que puedan ofrecer la atención clínica adecuada dependiendo de la severidad de enfermedad que desarrollen.
“¿Contamos con la fuerza laboral adecuada para realizar el seguimiento casos, para encontrar los contactos de los casos conocidos y poner en cuarentena esos casos? ¿Tenemos la estrategia de pruebas correcta, tenemos suficientes pruebas en el lugar y suficientes laboratorios para llevar a cabo esas pruebas? ¿Tenemos un enfoque de todo el Gobierno, incorporando a todos los diferentes sectores, no solo el sector de la salud, para que podamos mantener los servicios de salud y otros que son esenciales?”, dijo Van Kerkhove que son algunas de las preguntas que los países deben hacerse y que es la estrategia que debe aplicarse en las Américas.
Sobre el tema, el director la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Gebreyesus, informó que en muchos países se han desarrollado herramientas digitales para rastrear e identificar casos.
Algunas están diseñados para ser utilizados por el personal de salud pública, como la aplicación Go.Data de la propia Organización, que se ha utilizado con éxito para rastrear contactos durante el brote de ébola en la República Democrática del Congo; otros usan tecnología GPS o bluetooth para identificar a aquellos que pueden haber estado expuestos a una persona infectada; y aún otros pueden ser utilizados por personas para autoinformar signos y síntomas de COVID-19.
“Como parte de un enfoque integral, las herramientas de rastreo de contactos digitales ofrecen la oportunidad de rastrear un mayor número de contactos en un período de tiempo más corto y proporcionar una imagen en tiempo real de la propagación del virus”, afirmó Tedros.
Sin embargo, estas herramientas también pueden plantear desafíos a la privacidad, dar lugar a consejos médicos incorrectos basados en síntomas y pueden excluir a aquellos que no tienen acceso a las tecnologías digitales modernas.
“Se necesita más evidencia sobre la efectividad de estas herramientas para el rastreo de contactos. Alentamos a los países a recopilar esta evidencia a medida que implementan estas herramientas y a aportar esa evidencia a la base de conocimiento global”, dijo.
Asimismo, enfatizó que las herramientas digitales no reemplazan la capacidad humana necesaria para realizar el seguimiento de contactos.
Con información de: news.un.org