En un estudio llevado a cabo por Greenpeace México sobre peces comerciales en el país, se encontró que el 20 por ciento de los ejemplares presentaron microplásticos en sus organismos.
“En más de la mitad de los peces recolectados se encontró al menos una pieza plástica”, reveló la organización internacional al realizar el “Estudio sobre el impacto de la contaminación por microplásticos en peces de México”, con el apoyo de instituciones nacionales e internacionales.
De acuerdo con los resultados, la región que presentó mayor proporción de organismos con microplásticos fue Veracruz con el 96 por ciento de la muestra; La Paz registró el 21 por ciento de peces con al menos una pieza de este material en su interior.
En el caso de Puerto Morelos, de la muestra, el 61 por ciento presentó plásticos menores a cinco milímetros en el organismo.
“Mediante la identificación visual se encontraron microplásticos en más de la mitad de los 755 peces muestreados (54 por ciento). Sin embargo, la proporción de ajuste encontrada con los análisis de validación en laboratorio (37 por ciento) sugiere que únicamente el 20 por ciento de ellos presentaron realmente plástico”, afirma el estudio.
Según el análisis, del 37 por ciento del total de piezas se obtuvieron plásticos del tipo de polímeros, aunque también se localizaron del tipo de celofán, etilvinilacetato, nailon, poliacrilato, poliestireno, poliéster y polipropileno.
La organización ambientalista señaló que la diferencia de valores de ingestión del material por región puede deberse a la urbanización de los lugares; el impacto urbano en Veracruz es mucho mayor en comparación a las otras dos regiones, mientras que en La Paz es relativamente bajo.
Destacó que en otros estudios se ha visto la influencia de áreas metropolitanas grandes en la abundancia y distribución de la basura marina y, por tanto, en la cantidad de contaminantes encontrados en los peces.
La presencia de fibras pequeñas en los organismos de la fauna marina puede resultar de la fragmentación de piezas de mayor tamaño como líneas de pesca o redes.
El estudio analizó un total de 69 especies de 26 familias, entre los que se encuentran, pargos y huachinangos; carángidos, cabrillas y burritos o roncos.
Greenpeace concluyó que es muy probable que los peces confundan los microplásticos con comida, lo que puede mermar la cantidad de alimento que consumen y su capacidad predatoria.
Ante estos resultados existe la necesidad de comprender el mecanismo de acción y los efectos toxicológicos de las concentraciones de microplásticos en el ambiente, pues son relevantes para la salud de los organismos acuáticos y de los consumidores.
Los microplásticos puede ocasionar daño físico al absorberse por las membranas y alterar el funcionamiento celular, varios químicos pueden acumularse y biomagnificarse en las redes tróficas marinas, lo que aumenta el riesgo de efectos tóxicos especialmente para los principales depredadores y humanos que los consumen.
Con información de Notimex