Janet Osborne se ha convertido en la primer mujer británica y del mundo, en recibir terapia genética para combatir uno de los tipos más comunes de ceguera.
Cirujanos le inyectaron un gen sintético en la parte posterior del ojo para evitar que mueran más células. Este es el primer tratamiento enfocado en causas genéticas de la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), un tipo de ceguera común en occidente.
“Me resulta difícil reconocer caras con el ojo izquierdo porque mi visión es cada vez más borrosa. Si el tratamiento pudiera evitar que mi visión empeorara eso sería maravilloso”, comentó Janet.
El profesor de oftalmología de la Universidad de Oxford Robert MacLaren fue el encargado de realizar la operación en el Oxford Eye Hospital. “Un tratamiento genético administrado desde el principio para preservar la visión en pacientes que de otra manera perderían la vista sería un gran avance en la oftalmología y es ciertamente algo que espero ver en un futuro cercano”, dijo.
Jane Osborne, tiene 80 años, y otros nueve pacientes con DMAE son los primeros participantes de este ensayo clínico.
La mácula forma parte de la retina y es responsable de la visión central y de los detalles. En la degeneración macular relacionada con la edad, las células de la retina mueren y no se renuevan.
La DMAE es la principal causa de ceguera en los países desarrollados y la mayoría de los afectados, tienen lo que se conoce como DMAE seca, donde la pérdida de visión es gradual y puede tardar muchos años.
La DMAE húmeda puede desarrollarse repentinamente y provocar una pérdida rápida de la visión, pero puede tratarse si se detecta a tiempo.
En cuanto envejecemos, los genes responsables de las defensas naturales del ojo comienzan a funcionar mal y comienzan a destruir las células de la mácula, lo que lleva a la pérdida de visión.
Este innovador tratamiento genético implica poner una inyección en la parte posterior del ojo, que libera un virus inofensivo que contiene un gen sintético. El virus infecta las células de la retina y libera el gen, permitiendo que el ojo produzca una proteína diseñada para evitar que las células mueran y así mantener la mácula sana.
La prueba que realiza el Oxford Eye Hospital está diseñada principalmente para verificar la seguridad del procedimiento y se está llevando a cabo en pacientes que ya han perdido algo de visión. Si tiene éxito, el objetivo sería tratar a los pacientes antes de que empiecen a perder la vista.
En 2016, el mismo equipo en Oxford demostró que una sola inyección podría mejorar la visión de los pacientes con coroideremia, que de lo contrario se habrían quedado ciegos.
Y, el año pasado, médicos del Moorfields Eye Hospital en Londres restauraron la vista de dos pacientes con DMAE implantando un parche de células madre sobre el área dañada en la parte posterior del ojo.
Se espera que la terapia con células madre pueda ayudar a muchas personas que ya han perdido la vista.
Con información de: primeravoz.com.mx