Lo visto este domingo en los juegos de campeonato disputados en New Orleans y Kansas City es algo que difícilmente se puede describir al grado que, la palabra histórico, se queda corta. Ambos duelos tuvieron que definirse en tiempo extra, situación que nunca había pasado en la historia de la NFL.
Al final los ganadores terminaron siendo los dos equipos visitantes. Los Rams y los Pats, equipos que repetirán en un Super Bowl ya que en 2003 se enfrentaron en la edición XXXVI en donde Tom Brady y compañía se quedaron con el título al ganar 20-17 en el Superdome, estadio en el que ayer los Rams curiosamente ganaron su pase al juego más importante de esta temporada.
El juego de campeonato disputado en New Orleans estaba pintado para que Drew Brees se alzara con el título y buscara su segundo anillo de campeonato sin embargo, de poco le sirvió arrollar a su rival durante el primer cuarto –sólo les permitieron 15 yardas–, pues la defensiva de Los Ángeles se comportó a la altura de las circunstancias y siempre mantuvo con vida a su equipo.
Luego de esto y tras una primera mitad en la cual ambos equipos terminaron muy parejos los Saints salieron al complemento con la firme intención de finiquitar todo pero simplemente no pudieron debido a múltiples errores personales e incluso algunos arbitrales. Muestra de ello fue lo acontecido en la última serie ofensiva de Brees donde el liniero defensivo Nickell Robey-Coleman se olvidó del ovoide y simplemente embistió a Tommylee Lewis y para sorpresa de los presentes, ninguno de los árbitros marcó falta.
Como resultado de esto New Orleans se tuvo que conformar con un gol de campo el cual no sirvió de nada debido a que los Rams empatarían y enviarían el duelo a tiempo extra. En el alargue, los Santos se mostraron nerviosos y durante su primera serie ofensiva fueron interceptados con lo que dejaron prácticamente todo en bandeja de plata para que Jared Goff y los Carneros concretaran un gol de campo de 57 yardas y de paso coronarse por cuarta vez como monarcas de la Conferencia Nacional.
Luego del espectáculo brindado en el Superdome, la noche pintaba para que la fiesta continuara. Los Patssalieron dispuestas a liquidar todo desde los primeros minutos y definitivamente así sucedió. Blanquearon a los Chiefs en toda la primera mitad para dar un paso firme rumbo a su tercer Super Bowl consecutivo.
Para la segunda mitad Mahomes cambió el chip y comando diversas series explosivas por medio de las cuales lograron darle la vuelta al marcador en más de una ocasión aunque de poco les sirvió ya que no supieron jugar con el reloj y como resultado de diversas jugadas polémicas en favor de los Patriotas dejaron tiempo suficiente en el reloj a su rival para que respondieran y se colocaran al frente en los últimos segundos.
Pese a todo el escándalo que se vivía y con 36 segundos en el reloj, Mahomes comandó su última ofensiva de la noche misma que terminaría con un gol de campo con el cual el encuentro se iba a tiempo extra. Cosa queno sucedía en la Conferencia Americana desde 1987 cuando Denver derrotó 23-20 a los Browns, en el juego conocido como el Drive.
Ya en el alargue pudimos ver una copia de lo vivido en el Super Bowl LI cuando los Patriots derrotaron a los Falcons de Atlanta. En esta ocasión Brady taladró los puntos más débiles de la defensiva secundaria de los Chiefs a más no poder. El resultado fue un touchdown para los visitantes con el que sellaron su victoria y su presencia en otro Súper Tazón, el cual significará el noveno para la dupla Belichick-Brady en los cuales registran 5 victorias y 3 derrotas.
Con información de: elsoldetoluca.com.mx