El cine mexicano del siglo XX fue un poderoso educador de sentimientos e ideas, afirmó la especialista de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, América Luna Martínez, al impartir la conferencia “Vueltas y revueltas del cine mexicano”.
En el marco del Segundo Encuentro Nacional de Filosofía y Cine “Miradas de violencia y género en el cine mexicano”, destacó que, a través de la producción cinematográfica de la primera mitad del siglo XX se configuraron líneas temáticas que se repiten y reconfiguran sobre el miedo, la relación de pareja y el amor.
Luna Martínez subrayó que el cine mexicano de esta época abordó temas como el nacionalismo, la Revolución Mexicana o cuestiones melodramáticas que tienen que ver con las relaciones de pareja. Durante la primera mitad del siglo XX, refirió, mostró la manera tradicional de vivir de las familias y enfatizó la heterosexualidad.
La sociedad mexicana está en deuda con el cine del siglo XX, porque permitió cambiar la concepción que se tenía del amor o aspectos sexuales. Desde los años veinte, el cine se convirtió en un prodigioso instrumento para contar e inventar historias. “El cine es un testamento de nuestro tiempo, determina nuestra forma de amar y desear”.
Por último, América Luna Martínez expresó que la década de los setenta marcó precedente en la producción cinematográfica del país. Cineastas como Arturo Ripstein, Jaime Humberto Hermosillo, Felipe Cazals, Alberto Isaac Ahumada, Marcela Fernández Violante, entre otros, mostraron en la pantalla grande una nueva forma de ver al país.