Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México ocupa el primer lugar en el planeta en el consumo de refrescos y bebidas azucaradas, en contraste, en los últimos años ha disminuido drásticamente el consumo de agua en estado puro.
Victoria Domínguez, especialista del Centro de Investigación en Ciencias Médicas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), advirtió los riesgos de esta tendencia, que son daños irreversibles en los riñones y el hígado, lo cual ha propiciado en la aparición de cuadros de adicción hacia estas bebidas
“Tienen casi el mismo precio el agua embotellada que un refresco; la gente, pues, prefiere el refresco, pero luego está la adicción que tenemos al azúcar, que es altamente adictiva, como que nuestro cerebro sabe que lo único que lo alimenta es la glucosa y provoca esta adicción; pero la glucosa la tomamos en los alimentos que luego ni están tan dulces, cereales, calabaza, pero realmente en sabor no es tan dulce, pero claro, cuando el cerebro dice esto es lo que necesito.”, explicó.
Señala que sumarse a la tendencia y moda de consumir agua embotellada tampoco es saludable, pues las empresas no dan certeza de sus mecanismos de limpieza; por lo que, afirma, el camino más efectivo es hervirla o clorar el agua de la llave.
Información del Instituto Nacional de Salud Pública, un mexicano bebe en promedio 163 litros de refresco al año, cantidad con hasta 45 litros mayor que el estadounidense promedio y 7.3 veces mayor que el promedio mundial.
Con información de: diarioevolucion.com.mx