Hace 30 años de la imaginación desbordante de George Lucas surgió Star Wars, la primera entrega de una exitosa saga que es una de las más taquillera de la historia, pero el afán de seguir explotando la historia ha encontrado su primera piedra en el camino con el filme Han Solo: una historia de Star Wars.
En su primer fin de semana en los cines solo ha recaudado 143 millones de dólares en todo el mundo, teniendo en cuenta que se ha estrenado en todos los grandes mercados, a excepción de Japón.
Una cifra que para la gran mayoría de las películas sería un éxito, pero que en el caso de Star Wars es un resultado que queda muy lejos de las expectativas de Disney, que esperaba conseguir 150 millones de dólares solo en la taquilla estadounidense, donde recaudó 83.
Mal resultado para una producción que, según los medios estadounidenses, disparó su presupuesto a 250 millones de dólares debido a que Ron Howard volvió a rodar la mayor parte del material que ya habían completado Phil Lord y Christopher Miller, despedidos en la última fase del rodaje.
Pero pese a las expectativas de Disney, el bajo resultado en taquilla ya se preveía al conocerse las opiniones mayoritariamente negativas de la crítica tras los dos preestrenos de la película, en Los Ángeles, Estados Unidos (EU), el pasado 10 de mayo y en el Festival de Cannes (Francia) el día 15.
De “insípida” la calificó el diario británico The Guardian, de “poco sorprendente” la revista Esquire, y el diario francés Le Monde señaló que es “el vacío estelar”.
Los menos negativos fueron Variety, que señaló que el resultado era mucho mejor de lo que aventuraba su caótico rodaje y The Hollywood Reporter, que alababa la energía del equipo, lo que ayudaba a “contrarrestar los problemas de motor”.
Una perspectiva muy negativa de una película que forma parte de los spin-off, es decir, las historias derivadas de la trama principal de la saga.
Lucas ideó tres trilogías, que se completarán el año próximo con el estreno del capítulo IX. Pero Disney decidió que el interés por la saga merecía seguir explotando la gallina de los huevos de oro.
Así que se inventó los spin-off que se estrenarían en los años en que no hubiera nueva película de las trilogías centrales, de forma que habría una entrega anual del universo Star Wars.
Con la coletilla de “una historia de Star Wars” para unificar esas nuevas películas, la primera en llegar a las salas fue Rogue One en 2016. Y pese a que las críticas la masacraron, los espectadores respondieron haciendo del filme protagonizado por Diego Luna y Felicity Jones el más taquillero del año, con una recaudación de mil 56 millones de dólares.
Se situó así en el tercer puesto en cuanto a taquilla entre las 9 películas estrenadas de la saga, con una recaudación que ha superado los 8 mil 700 millones de dólares, según datos de la web especializada Box Office Mojo.
No parece que Solo vaya a incrementar mucho esa cifra a tenor de unos primeros datos de taquilla que Disney ya ha tratado de minimizar. Es una cifra “muy respetable”, ha asegurado el presidente de la distribución de la compañía, Dave Hollis.
Y es un indicio de que la saga galáctica podría haber tocado techo.
Un cansancio lógico por tanta película que gira sobre el mismo tema, más teniendo en cuenta que la anterior entrega se estrenó hace tan solo cinco meses.
A lo que se añade el hecho de que la película que dirigió Ron Howard tiene muchos defectos, empezando por un guion que se centra demasiado en los personajes centrales y olvida a inclusiones de relumbrón, como la de Emilia Clarke, a la que no se saca partido como el primer amor de Han Solo.
Tampoco Alden Ehrenreich ha sido la mejor elección para interpretar a un joven Han Solo, no logra que la gente olvide al irónico Solo de la trilogía original, al que daba vida Harrison Ford.
Si a eso se añade que la música es invasiva, que el malo de la historia es Paul Bettany, un actor no expresivo, o que falta la filosofía épica característica de la saga, el resultado es una película innecesaria.
Aunque también tiene sus puntos positivos, sobre todo para los amantes de Han Solo, ya que se descubre el origen de su nombre o se puede contemplar la mítica partida de cartas en la que le ganó el Halcón Milenario a Lando Calrissian.
Un Lando interpretado por Donald Glover, que junto al androide L3-37 es, de lejos, lo mejor de la película.
Con información de: sinembargo.mx