Con motivo del Día Mundial del Paludismo, la Secretaría de Salud estatal informa que desde hace 22 años la entidad no registra casos autóctonos de esta enfermedad, transmitida a través de la picadura del mosquito Anopheles hembra, infectado.
En el organismo humano, el parásito se multiplica en el hígado y después infecta los glóbulos rojos.
Esta enfermedad se caracteriza por síntomas como fiebre, sudoración, escalofrío y dolor de cabeza, que normalmente aparecen entre siete y 30 días después de la picadura.
Para evitar la proliferación del mosco transmisor, sobre todo en la región sur, como en los municipios de Tejupilco, Luvianos, Amatepec y Tlatlaya, entre otros, se recomienda mantener patios y techos limpios, con el objetivo de eliminar recipientes u objetos que puedan convertirse en criaderos de este insecto.
Asimismo, se exhorta cortar maleza y vegetación alrededor de viviendas, drenar encharcamientos o cúmulos de agua sucia, usar repelente para insectos en las partes descubiertas del cuerpo, además de colocar mosquiteros en puertas y ventanas.
El Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) cuenta con suficiente personal de campo, encargado del sistema de vigilancia epidemiológica, que lleva a cabo un programa permanente de eliminación de criaderos.
A ellos se suman notificantes voluntarios, quienes toman más de 15 mil muestras de gotas gruesas, que posteriormente se analizan en 23 laboratorios, donde se lleva a cabo un diagnóstico de esta enfermedad.
A través del Comité Estatal Interinstitucional de Enfermedades Trasmitidas por Vectores, autoridades del Sector Salud supervisan las actividades de vigilancia epidemiológica en busca de lograr la certificación de la entidad como área libre de paludismo.