Los servidores públicos “debemos anteponer la ética profesional a los intereses particulares”, y devolver a la sociedad la confianza en la eficacia de la administración pública, mientras los ciudadanos deben transmitir a sus hijos que la ética pública es fundamental para el desarrollo de la sociedad, señalaron los diputados Inocencio Chávez Reséndiz e Irazema González Martínez Olivares, respectivamente.
Lo anterior, al participar, con la diputada Ivette Topete García (PRI) y Victorino Barrios Dávalos, contralor del Poder Legislativo en la presentación del Cuaderno de Ética para los Servidores Públicos No. 18 “Componentes para un Sistema Nacional Anticorrupción desde un Enfoque Ético”, por parte del investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Oscar Diego Bautista.
En su momento Inocencio Chávez señaló que los servidores públicos deben estar conscientes de la responsabilidad y compromiso ante la sociedad, por lo que, dijo, “debemos ser ejemplares en el ejercicio de nuestras funciones”, además de destacar el trabajo realizado por la 59 Legislatura mexiquense para combatir la corrupción.
En este sentido, subrayó la propuesta para incrementar el plazo de prescripción de las faltas administrativas, a fin de contar con el tiempo suficiente para llevar a cabo la debida investigación y allegarse de los elementos probatorios suficientes para instaurar, desarrollar y resolver el procedimiento administrativo correspondiente.
En su momento, ante servidores públicos y estudiantes de la Universidad Tres Culturas, la diputada Irazema González, quien entregó reconocimientos al contralor y al ponente, dijo que el Sistema Nacional Anticorrupción funcionará en la medida en que exista una mayor participación ciudadana en la rendición de cuentas y el actuar público.
El contralor, Victorino Barrios afirmó que el fenómeno de la corrupción no puede ser erradicado únicamente cambiando las leyes, toda vez que “las cosas cambian cuando hay voluntad, cuando se le tiene respeto a la norma, a la actividad pública, cuando se le tiene aprecio al ciudadano”.
Consideró que se trata de un vicio extendido en el mundo que parece incontrolable, pero que no lo es, además de que “la ética pública es uno de muchos instrumentos para atacar a la corrupción”.
Por su parte, Óscar Diego Bautista, integrante del Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades de la UAEM, dijo que el tratamiento de la corrupción en México requiere componentes tanto legales como de conciencia.
Al explicar que las medidas de vigilancia y control dentro de las instituciones, así como el respeto al ciudadano también son recursos efectivos para combatir este fenómeno, subrayó que México debe tomar medidas a mediano plazo para crear un sistema anticorrupción basado en la participación ciudadana, lo cual requiere que la educación retome el fomento de valores y no el impulso de una cultura de competencia económica exacerbada.