Al menos 300 hectáreas de huertas de aguacate ilícito han sido destruidas por haber sido sembradas sin permiso en zonas de pino y oyamel, informó el secretario de medio ambiente de Michoacán, Ricardo Luna, tras sostener que de las 160 mil hectáreas de aguacate en la entidad, 50 mil de ellas se cultivan en zonas donde anteriormente había bosque, lo que representa un grave daño al ecosistema.
“El mayor problema es que la fiebre del llamado ‘oro verde’ no cesa e incluso en donde había otros cultivos de frutos han sido sustituidos como ocurre en Jaráhuaro, municipio de Zinapécuaro, donde tradicionalmente se siembra pera, durazno y otras frutas. Lo más grave es que ignoran que el aguacate no se da arriba de los dos mil 500 metros sobre el nivel del mar.
Comentó que desde hace poco más de un año han habido unos 150 propietarios de bosque que están de acuerdo en que es necesario proteger los recursos naturales, porque todas las comunidades requieren del vital líquido, y el cultivo de aguacate absorbe mucha agua, mientras que el pino funciona como una especie de esponja. “Hay comunidades de la región de la meseta purépecha que tienen problemas de abasto de agua, porque desde hace décadas talaron más del 50 por ciento de sus bosques, y todavía hay algunos pueblos que quieren seguir cultivando aguacate”, indicó el funcionario.
En torno a la protección de los bosques, Ricardo Luna indicó quienes más se oponen a la medida adoptada por el gobierno estatal son los grandes productores como la Asociación de Productores y empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán (Apeam) y el Sistema de Producto Aguacate, nacional y estatal.
En total hay en la entidad unos 50 mil productores de aguacate, los más pequeños tienen entre tres y 10 hectáreas; pero los grandes productores poseen entre 300 y mil hectáreas con huertas. El funcionario estatal indicó que hay 150 productores a favor de la protección de los bosques que están contra el cultivo desenfrenado y hay unos dos mil más de los municipios de Ocampo, Tuxpan y Pátzcuaro que están por sumarse.
Ricardo Luna indicó que están promoviendo una reforma de ley de certificación de sustentabilidad para que en todos los cultivos haya un control de todos los cultivos, porque es claro que el medio ambiente se sigue deteriorando, y Michoacán ha perdido casi el 50 por ciento de sus bosques en las últimas cuatro décadas.
Primero fue por la tala clandestina, la sobreexplotación con permisos forestales y ahora por el cambio de uso de suelo.
Dijo que se está construyendo cerca de Morelia una industria guacamolera, pero existe el riesgo de que pueda utilizar aguacate de procedencia ilegal, es por ello que se requiere de una certificación sanitaria para impedir que el problema siga creciendo y se afecte zonas como la de Zirahuen, que fue uno de los sitios más sustentables de Michoacán y que ahora está rodeado por huertas de aguacate.
Con información de: jornada.unam.mx