Con un exhorto a las autoridades, sociedad civil y asociaciones no gubernamentales, para evitar la pérdida de inmuebles históricos que dan identidad a la capital mexiquense, Enrique Méndez Sosa presentó la ponencia “Un Tesoro Escondido, La Capilla del Panteón de Calixtlahuaca”, en el marco de la XVII edición del Ciclo de Conferencias “Historia de Toluca”, que tuvo como sede el Museo José María Velasco.
Bajo el auspicio de los archivos históricos Municipal de Toluca y del Estado de México, el arquitecto hizo una detallada exposición de la riqueza arquitectónica situada en el cementerio de ese lugar, única en su tipo por el número de elementos que la integran y cuya construcción estuvo a cargo de artesanos indígenas.
En esa población, bajo el cobijo del cerro Tenismo, se resguardan vestigios y otros restos antropológicos con remanentes de los pueblos originarios y la fusión con la religión católica, que pueden ser admirados en una cruz de piedra labrada integrada por cuatro elementos y un basamento, ubicado en el camino de entrada al panteón, que invita a persignarse.
La barda del camposanto, dijo, se integra por una arcada triunfal, en tanto que la fachada de la capilla posee elementos como el alfiz, arquitrabes, basas, cornisas, capiteles romanos, pilastras, jambas, sotabancos, entablamentos, pináculos labrados o tallados en piedra, Cruz de Lorena de doble travesaño, ventanilla de arco conopial con remate superior, cupulín con crestería y cimborrio ochavado, entre otras características arquitectónicas propias.
Recordó que la construcción del conjunto religioso franciscano inició en el siglo XVI y concluyó siglos después, ya que fue objeto de ampliaciones en diferentes etapas; espacio que debe conservarse por la época e historia que representa.
Con esa acción, la administración municipal de la capital mexiquense, en coordinación con el gobierno estatal, conserva y difunde nuestra cultura y tradiciones.