La Procuraduría Federal del Consumidor y la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre) alcanzaron un acuerdo para fortalecer los mecanismos de revisión y el intercambio de información entre ambas instancias, con el objetivo de inhibir el empeño de artículos robados, principalmente celulares, vehículos y alhajas.
Según cifras de la Amespre, los teléfonos celulares representan cerca del 30% del total de las prendas dejadas en garantía en este tipo de operaciones.
Rafael Ochoa Morales, en funciones de Procurador Federal del Consumidor, y Rafael Mondragón, Presidente de Amespre, acordaron profundizar la colaboración con todas las autoridades locales y federales, a fin que los establecimientos de empeño hagan más rigurosos sus controles de revisión para evitar operaciones con bienes robados.
La Amespre se comprometió a compartir con la Profeco la base de datos de sus asociados que tienen más de 3,000 sucursales en todo el país, con la finalidad de focalizar las verificaciones sobre aquellos establecimientos que operan sin registro y al margen de la ley.
Por su parte, Ochoa Morales, Procurador en funciones, coincidió en la necesidad de impulsar una Norma Oficial Mexicana que permita la recuperación, en casas de empeño, de los equipos celulares reportados como robados.
La Profeco mantiene un seguimiento permanente al sector de casas de empeño para garantizar que tengan contratos debidamente registrados, otorguen información clara a los clientes y cuenten con básculas debidamente calibradas, ya que se trata de un servicio de alta demanda en temporadas como el regreso a clases, los periodos vacacionales y la llamada “cuesta de enero”.
De acuerdo con la Amespre, sus asociados realizan 111,000 operaciones de empeño diarias en todo el país, con un promedio de 1,000 pesos por préstamo prendario y atienden a una clientela aproximada de 38 millones de personas.