Para unos 50 casos en el mundo ducharse, nadar en la piscina, el contacto con la nieve derretida, sudar o andar bajo la lluvia puede suponer un peligro. Son pacientes con urticaria acuagénica o alergia al agua. Sí, se puede tener alergia al agua. Se trata de una forma muy rara de urticaria que afecta a una cincuentena de personas en el mundo, según se ha descrito en la literatura médica desde que se descubriera por primera vez en 1964.
«Se desconoce por lo tanto su frecuencia, aunque es posible que haya pacientes que tengan una forma leve y esté infradiagnosticada. Además, se trata de una urticaria inducible, eso significa que se puede reproducir. Y, en este caso se reproduce con el contacto con el agua.
¡Sí, con el agua!», avisa en una entrevista con Infosalus, Beatriz Veleiro, del Servicio de Alergología del Complejo Hospitalario de Pontevedra. De los pocos casos descritos en la literatura médica algunos son familiares, aunque la mayoría no, advierte la también miembro del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC). De hecho, destaca que es un poco más frecuente en el género femenino. «Suele aparecer en la pubertad y el origen es desconocido, aunque se cree que se produce porque una sustancia de la piel es solubilizada por el agua y actúa activando las células de ‘alergia’ que hay en la piel, los ‘mastocitos’, y desencadenando la reacción», explica la experta. Además, precisa que ésta no depende de la temperatura del agua, sino que puede desencadenarla el agua a cualquier temperatura. Sin embargo, precisa que hay casos en los que la salinidad juega un papel, ya que algunos pacientes no reaccionan con el agua del mar, con el agua salada, y en cambio, en algún otro caso, su reacción dependía precisamente de que el agua fuese salada.
¿CÓMO DESCUBRIR LA ALERGIA AL AGUA?
«Las lesiones que se producen son milimétricas, rodeadas de un halo rosado. Aparecen pocos minutos después del contacto con el agua y duran menos de una hora. Se localizan preferentemente en el tronco, aunque también pueden aparecer en otras localizaciones. Afortunadamente es muy raro que afecte fuera de la piel y de la zona de contacto, pero está descrito algún caso de reacción generalizada, de dolor de cabeza importante y de clínica con la ingesta de agua. No suele ocurrir con el contacto con otros líquidos», añade la especialista en alergología de la SEAIC. A juicio de Veleiro, es «muy importante» que los pacientes que noten síntomas acudan a su médico para que les dirija a una unidad de Alergia, donde hagan estudios adecuados para su diagnóstico e inicien las medidas terapéuticas adecuadas para cada caso. Según subraya, la urticaria acuagénica hay que diferenciarla de otras urticarias inducibles, como la colinérgica, localizada por calor y por frío. En este sentido, según el Instituto Nacional de Salud norteamericano (NIH, por sus siglas en inglés), la causa exacta de esta rara enfermedad no se sabe todavía. «Debido a la rareza de la condición, hay muy pocos datos sobre la e¡cacia de los tratamientos individuales; sin embargo, varios medicamentos y terapias se han utilizado con éxito variable», resalta. Sin embargo, los cientí¡cos han propuesto por un lado que una sustancia disuelta en el agua entra en la piel y desencadena una respuesta inmune; una teoría por la que las ronchas no son causadas por el agua, especí¡camente, sino más bien por un alérgeno en el agua. Por otro lado, valoran una interacción entre el agua y una sustancia que se encuentra en la piel o sobre ella, que genera un material tóxico, y da lugar a la urticaria.
Así, el NIH precisa que las señales y síntomas de la urticaria acuagénica se desarrollan rápidamente y después de que la piel entre en contacto con el agua a cualquier temperatura. Éstas se caracterizan por: *Ronchas pequeñas (como de 1-3 milímetros), rojizas o de color piel (llamadas ‘pápulas’), con bordes claramente de¡nidos, localizadas con mayor frecuencia en el cuello, parte superior del tronco y los brazos, aunque puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. *Las palmas de las manos y las plantas de los pies no son afectadas por lo general. *Exposición a otros líquidos como el alcohol u otros solventes orgánicos no resultan en urticaria pero pueden aumentar la reacción al agua. *Picazón en algunos casos. *Presencia de otras formas de urticaria física en algunos pacientes como urticaria del frio o urticaria colinérgica. *Desaparecimiento de las ronchas cuando ya no se está expuesto al agua, generalmente dentro de 30 a 60 minutos. El diagnóstico de urticaria acuagénica se sospecha típicamente basado en la presencia de las señales y los síntomas característicos. Para con¡rmar el diagnóstico se puede hacer una ‘prueba de provocación por agua’. Durante la misma, una compresa de agua a 35ºC se aplica a la parte superior del cuerpo durante 30 minutos. La parte superior del cuerpo es elegida como el sitio preferido para la prueba debido a que otras áreas, como las piernas, se ven afectadas con menor frecuencia. Finalmente, llama la atención sobre el hecho de que, como la enfermedad es muy rara, halla muy pocos datos sobre la e¡cacia de los tratamientos individuales.
Con información de eluniversal.com.mx