Acá está su gelatina de guanábana viendo un programa chafísimo de la comida clásica de Tepito.
El semidocumental pretende atraer a la gente a ese barrio para que pruebe una variedad infinita de garnachas que pasan por la quesadilla (de queso), hasta las quesadillas (sin queso ¿?) gigantes (tres metros y medio) rellenas de todo: albóndiga, rajas, chicharrón prensado, suelto, con pelos; hongos, setas, champiñones, una pastosa mezcla de pollo y jitomate, y hasta Nutella.
Justo cuando ya viene lo bueno – los comerciales- el primero que aparece es el de un ratero flacucho, que viste una camiseta negra medio percudida y un chaleco con gorrita. Trae en la mano una pistola Mi Alegría y está dentro de un camión del transporte público en donde todos están sentaditos, bien bañados y acomodados, para pasar báscula con el gandalla.
El chofer no trae gritón o cobrador, y menos a su “leidi” al lado para irla sabroseando, por lo que el ratón sube sin mayor problema al autobús, y les suelta a los pasajeros un discurso político electoral, que a mi me dieron ganas de aplaudirle (me limite).
Palabras más, palabra menos, el caco les suelta que les va a bajar su morralla por haber votado por el PRI. Que están fregados por esa misma decisión y que él, conociendo la impunidad del régimen, lo agachones de los ciudadanos y lo transas del los funcionarios, se irá a almorzar con la lana que les baje.
“Ni se quejen, seguro votaron por el PRI”, dice el infractor.
“Aquí asaltamos parejo, no importa el partido”.
“¿Qué han recibido ustedes, despensas”?
Después de estas frases y la demoledora pregunta como de examen profesional, y luego de que ya tiene el botín el ratero, una voz en off dice: “Porque sí se puede un mejor Estado de México, PAN”.
Tómala. El ratón nos acusa, nos baja la lana, nos da una cátedra de mercadotecnia política y, al final, nos dice que todo esto cambiaría por el PAN.
Busco el control de la tele de manera frenética. No está (siempre desaparece en los momentos que más se le necesita), busco mi teléfono. Quiero hablar con alguien. ¿Todavía no entrega el equipo Walter Mercado?
Dos segundos después, el alivio. El programa garnachero de Tepito me regresa el alma al cuerpo.
Fresas de dudosa procedencia con harta Lechera. Tortas megacubanas con 102 ingredientes, incluyendo helado de mamey.
Mañana mismo me subo al camión a aprender de campañas políticas; seguro le bajan a uno menos lana que los que tienen hueso.
Eso sí que es reforma educativa.
Nos encontramos en @gfloresa7