Se supone que la Liga MX tiene como gran objetivo convertirse en una de las más importantes del mundo y en un momento dado acercarse a lo que son ligas como la Premier League de Inglaterra, La Liga de España o la Bundesliga de Alemania. Para lograrlo necesita reglas y lineamientos muy claros en los cuales quede de manifiesto que los clubes afiliados garanticen una solvencia económica y moral a toda prueba, es decir, que cada miembro tenga todos los elementos para funcionar de una manera impecable y así, con todos los agremiados juntos, alcanzar el nivel de las grandes ligas del mundo.
Mientras la Liga MX tenga como socios a clubes carentes de cualquier tipo de solvencia (que no paguen sus nóminas y sus compromisos económicos a tiempo, que dependan de dineros del erario público, que no tengan el apoyo de las autoridades municipales y estatales correspondientes, etcétera) NO podrá prosperar y mucho menos alcanzar un nivel siquiera cercano a las ligas que mencionamos anteriormente.
¿Y por qué lo digo? nada más y nada menos que por lo ocurrido el viernes por la noche en las tribunas del Estadio Luis «Pirata» de la Fuente en Boca del Río, zona metropolitana del Puerto de Veracruz. La barbarie hizo su aparición y no hubo ni siquiera un intento de parar la tremenda trifulca entre pseudo-aficionados de los Tiburones Rojos y de los Tigres, de no ser por los futbolistas de la UANL que desde la cancha trataban, sin éxito, de calmar la violencia que se desató en las gradas. ¿Dónde estaban los efectivos de las policías municipal o estatal?, ¿no hay cuerpo de vigilancia privada contratada por la directiva de los escualos?, cuando empezaron las provocaciones ¿no hubo autoridad alguna que interviniera para evitar la reyerta?. Con estas interrogantes surge una más, la más importante: ¿Debe un club afiliado a la Liga MX GARANTIZAR LA SEGURIDAD de los asistentes a su estadio, sean aficionados locales o visitantes? La respuesta es SÍ. Debe ser parte de las normas para poder ser afiliado al máximo circuito futbolero de la nación. Los clubes deben tener, entre muchas otras cosas, una relación apropiada con las autoridades a fin de contar con el apoyo necesario pero además tienen que estar obligados a contratar servicios de seguridad privada suficiente para evitar hechos tan lamentables como el ocurrido en Veracruz.
La Federación Mexicana de Futbol ya abrió una investigación. No hay mucho que investigar. Algunos, o mejor dicho muchos desadaptados armaron una bronca de grandes proporciones y el club Veracruz no tuvo capacidad de sofocarla y mucho menos de prevenirla. ¿Qué va a concluir la FEMEXFUT después de la dichosa investigación si ni siquiera hay un sólo detenido por la autoridad? ¿Van a vetar el estadio? ¿Por cuánto tiempo o por cuántos partidos? ¿ De cuánto va a ser la multa? ¿Con ello será suficiente, no sólo para que esto NO quede impune sino para que NO vuelva a pasar?
Todas las veces que he tenido el privilegio de visitar el Puerto de Veracruz, sean vacaciones o sea de trabajo, me la he pasado de maravilla y por eso me extraña muchísimo que haya gente tan violenta y desalmada como la que vimos enfrascarse en una inútil pelea cuando en general la población veracruzana es amable, cálida y alegre.
Yo quiero insistir: si la Liga MX tiene objetivos de gran altura no se pueden quedar en pretensiones ilusas. Los afiliados deben ser organizaciones plenamente solventes con estructura e infraestructura de primera línea. No se vale tener asociados cuyo capital no queda claro de donde proviene o es aportado por algún gobierno estatal en detrimento de las poblaciones correspondientes y también de jugadores y empleados que batallan para algo, que debiera ser tan simple, como el cobro de sus salarios.
En la propia Liga MX está el compromiso de realmente ser una organización de clase PREMIER o quedarse como una Liga «PATITO».
Twitter: @raul_perez_