LOS DIRECTORES TÉCNICOS
«Antes existía el entrenador, y nadie le prestaba mayor atención. El entrenador murió, calladito la boca, cuando el juego dejó de ser juego y el futbol profesional necesitó la tecnocracia del orden. Entonces nació el director técnico, con la misión de evitar la improvisación, controlar la libertad y elevar al máximo el rendimiento de los jugadores, obligados a convertirse en disciplinados atletas». Eduardo Galeano.
Empiezo esta colaboración con esta cita del gran escritor uruguayo porque a veces uno no entiende las decisiones que toman algunos de los directores técnicos del futbol mexicano. Y no es que yo piense que yo sé más de futbol que ellos, para nada, pero, hablando concretamente de alguien que como guardameta fue un verdadero «monstruo», me refiero al gran Hernán Cristante, ¿cómo es posible que no ponga su cuadro más fuerte en el partido más importante de su incipiente carrera como estratega? ¿cómo no se dio cuenta de la relevancia de jugar una SEMIFINAL, que de haberla ganado, le hubiera dado la gran oportunidad de pelear por el título de la Copa MX? ¿cómo no reparó en que para un técnico novato ganar un campeonato, aunque sea de copa, lanzaría su carrera hacia alturas insospechadas? y algo muy importante: ¿qué mejor manera de iniciar los festejos del centenario del Deportivo Toluca que con una corona? claro que todavía tenía que jugar la final y ganarla pero el objetivo tenía que estar muy presente. Yo creo entender que, con el autoestima por las nubes por la gran trayectoria que hizo como futbolista, Cristante piensa que no corre prisa y que eventualmente llegará el momento de alcanzar otra final, quizá más importante, y ganarla pero… ¿quién se lo garantiza? ¿cómo se puede estar tan seguro de algo que no se sabe si va a ocurrir?. Me refiero a que, para ganar un título en el futbol se requiere, aparte de ser un director técnico capaz, la coincidencia de una serie de factores y algunos de ellos no están bajo el control del timonel. Así que, joven o viejo, novato o experto, tienes que vivir el presente, aprovechar el momento y buscar con todos los recursos disponibles la victoria porque nunca sabes si habrá otro chance y ésta oportunidad, la que Cristante tuvo enfrente, no va a regresar jamás, es única e irrepetible y hay que tomarla ya que de lo contrario se va… se fue…
Este tipo de partidos no son para darle minutos a jugadores que han tenido poca actividad y hago más preguntas: ¿por qué no ir con todo?, es decir, meter a Uribe y Triverio juntos; ¿por qué no alinear desde el principio a Trejo (¡qué bárbaro, nunca se cansa!) y a Barrientos que se han convertido en puntales de los Diablos Rojos y dejar en la banca a Sinha para utilizarlo ya avanzado el encuentro como le ha hecho constantemente con tan buenos resultados? Eso sí, en cuanto Hernán vio que el Querétaro, que sí puso su escuadra titular, estaba haciendo un muy buen partido, incluso superando en la primera parte a los rojos, y que se trataba de un equipo tosudo, disciplinado y excelentemente dirigido por el «Rey Midas» Víctor Manuel Vucetich, entonces vinieron los cambios mismos que ya no pudieron fructificar. Por cierto, observen el palmarés de Vucetich: 5 títulos de liga, 2 de copa, 3 de COCNCACAF, 2 de segunda división y 1 interliga, nada más; y aún así, sabiendo que éste es un momento único, va con todo a tratar de ganar un título más.
Otro caso es del director técnico del América, Ricardo Antonio La Volpe. Un día antes del clásico versión Copa MX se curó en salud con las declaraciones vertidas para la cadena estadounidense Univisión en las que descalifica, con toda la soberbia de que es capaz, a otros colegas suyos que han ganado varios campeonatos aduciendo que no es mejor entrenador el que más gana sino el que mejor trabaja. Claro, como La Volpe en más de 30 años de carrera como técnico solo ha ganado una liga no puede aceptar que existan otros técnicos con más reconocimiento que él. Además, después de la eliminación a manos de las Chivas, arremetió contra el arbitraje, contra los medios y retó al propietario del Guadalajara, Jorge Vergara, a arreglar sus diferencias «como hombres». Lo que nunca se preguntó a él mismo fue: ¿por qué no utilizó su cuadro titular? ¿por qué no metió a Osvaldo Martínez? ¿por qué jugó a la defensiva y al contragolpe si toda la vida criticó esa forma de competir? Será que, como no gana títulos y para él no tienen importancia, el duelo del miércoles, con todas las televisoras transmitiendo, con estadio repleto, ¿no tenía ninguna relevancia?… que le pregunte a Ricardo Peláez o a Pepe Romano o al mismísimo Emilio Azcárraga si era o no importante ganar el clásico y posteriormente el título de copa.
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