La Real Federación Española de Futbol destituyó a Jorge Vilda como director deportivo y seleccionador nacional femenino, tras el escándalo provocado por el beso no consentido de Luis Rubiales –presidente suspendido por la FIFA— a la mundialista Jenni Hermoso.
Finalmente se cumplió lo que se veía venir, luego de que Vilda fuera renovado por Rubiales por cuatro años más (a razón de medio millón de euros por temporada cuando venía cobrando 180 mil), en la esperpéntica asamblea extraordinaria donde el principal dirigente del futbol español anunció que no iba a renunciar y se trató de defender lanzándose contra lo que llamó el “falso feminismo”, por los cuestionamientos que recibía por su comportamiento.
Pedro Rocha, presidente en funciones de la RFEF, decidió este martes prescindir de los servicios de Jorge Vilda como director deportivo y seleccionador nacional femenino, cargo, éste último, al que accedió en 2015.
Vilda fue uno de los participantes en la polémica asamblea que aplaudió las palabras de Rubiales, que cuestionaban la denuncia de Jenni Hermoso, y hacía aparecer como un exceso los ataques en su contra, pese a darle un beso sin su consentimiento, de haberse tocado los genitales a un lado de la reina Letizia, la infanta Sofía y autoridades de la FIFA para celebrar el triunfo y haber insultado durante una entrevista a quienes le estaban criticando por su actitud.
Su carrera estaba atada a la de Rubiales, quien lo nombró en 2015. Ahora, tras el escándalo del aún presidente de la RFEF, ha recibido la espalda de más de 80 jugadoras, que aseguraron que no volverían a la selección nacional mientras siguiera el actual equipo técnico, y de 11 miembros del cuerpo técnico de la selección, que renunciaron al cargo.
En septiembre pasado, Vilda ya tuvo serios problemas en los vestidores, al grado de que hubo una fuerte protesta de las jugadoras. En aquel momento, quince jugadoras de la selección española femenil comunicaron a la Federación que “mientras no se revierta” la situación que se generó en la última concentración con Vilda, preferían no ser convocadas a jugar con el combinado.
Señalaban que preferían no ser convocadas para jugar porque se sentían afectadas en su “estado emocional” y en su “salud”.
Aunque no han salido a relucir todos los pormenores, la prensa especializada como el sitio relevo.com, alude a que hubo diferencias con aspectos de preparación, el mensaje de Vilda que no terminaba de calar entre sus jugadoras y la falta de ambición, entre otros.
La RFEF inició una campaña en contra de las jugadoras, al señalar que no iba a permitir que “las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico” y que solo regresarían al combinado “si asumen su error y piden perdón”.
Tras el escándalo Rubiales, la RFEF ahora prescinde de Vilda, aunque en el comunicado de este martes le agradece su labor al frente de la selección y en sus funciones de máximo responsable deportivo, con todos los triunfos incluido el Mundial.
“Ponemos en valor su intachable conducta personal y deportiva, siendo una pieza clave en el notable crecimiento del fútbol femenino en España. Durante su extensa etapa, Vilda ha sido promotor de los valores de respeto y la deportividad en el fútbol”.
Con información de: proceso.com.mx