El planeta perdió 3.75 millones de hectáreas de bosques primarios tropicales húmedos en 2021, un área un poco mayor que Taiwán y un hecho en el que Brasil fue protagonista, pues solo en dichio país se destruyó casi la mitad del total mundial, según un estudio divulgado este jueves.
En el gigante sudamericano fueron destruidos 1.5 millones de hectáreas de este tipo de bioma, un área equivalente a dos ciudades del tamaño de Tokio, especialmente en la Amazonía brasileña.
La República Popular del Congo, con 500 mil hectáreas perdidas, ocupó el segundo lugar en el ranking mundial y Bolivia, que batió récord con cerca de 300 mil hectáreas, se ubicó como el tercer país con más bosques de este tipo destruidos.
Los datos corresponden al análisis de imágenes satelitales de bosques que anualmente realiza el World Research Institute (WRI) en colaboración con la Universidad de Maryland.
De acuerdo con el estudio, las pérdidas de bosques primarios tropicales húmedos en el planeta liberaron 2.5 millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) “el equivalente a las emisiones anuales de combustibles fósiles de la India”.
Brasil posee alrededor de un tercio de los bosques tropicales primarios húmedos que quedan en el mundo y ha mantenido tasas de pérdida por encima de un millón de hectáreas al año desde 2016, según las imágenes que viene captando la plataforma Global Forest Watch, del WRI.
Los bosques primarios tropicales húmedos son los ecosistemas con mayor diversidad biológica del planeta y son especialmente importantes para el equilibrio climático porque almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono, por lo que perderlos es un asunto “dramático”, según explicó a Efe Fabiola Zerbini, coordinadora del WRI en Brasil.
Esto porque el planeta necesita bajar casi a la mitad las emisiones de CO2 en los próximos ocho años para reducir el calentamiento global, que, de seguir al ritmo actual, superará los 2 grados centígrados provocando eventos climáticos extremos, como inundaciones, incendios forestales, deslizamientos de tierra y huracanes, entre otras catástrofes.
La destrucción de biomas como los bosques primarios tropicales, que en su mayoría están en la Amazonía y que tardan décadas en recuperarse por completo, sería uno de los principales factores que impediría lograr esa meta antes de 2030.
“Si no revertimos eso desde ahora, no lo vamos a lograr”, aseguró la experta.
Y es que la Amazonía -que almacena entre 150.000 y 200.000 millones de toneladas de carbono abajo y encima de su suelo- está ad portas de llegar a un punto de “no retorno”, si no se pone freno a su devastación.
En la pasada cumbre climática de Glaslow varios científicos advirtieron que, de continuar con los índices actuales de deforestación y destrucción de la selva, la Amazonía podría perder un 70 % de su vegetación nativa antes de 2050 y convertirse en un área prácticamente desértica.
Con información de: lopezdoriga.com