Desde que llegó la pandemia los grandes estudios cinematográficos que disponen de plataforma de streaming, es decir, Disney con Disney + y Warner con HBO Max, comenzaron a estrenar de manera simultánea sus grandes productos en la gran y la pequeña pantalla a la vez. En el caso de Warner con HBO Max fueron muchos los cineastas que ya avanzaron un incumplimiento del contrato pero pocas las estrellas. La propia Gal Gadot no dijo nada en contra cuando Wonder Woman 1984 llegó a HBO Max, aunque en todas las entrevistas y comunicados se insistía en que la mejor vía siempre es y será la cinematográfica.
Ha tenido que llegar Viuda negra y Scarlett Johansson para alzar una voz que se esperaba explotar de un momento a otro. La mayoría de grandes directores y estrellas de cine, los nombres del cartel que llevan a gente a la taquilla, suelen tener como parte fundamental de su sueldo un porcentaje de la misma. Es lógico que si una película se estrena en streaming a la misma vez que en salas, la taquilla disminuya muchísimo y su trato salarial sea mucho más bajo que el que firmaron. Por eso motivo, Scarlett Johansson ha demandado en los tribunales de Los Angeles nada menos que a Disney (dueña de Marvel) en un enfrentamiento estrella-estudio que no se veía desde los días de Bette Davis que acabaron con el monopolio de la industria.
Por entonces, la ganadora de dos Oscars debilitó a una industria que tuvo que desprenderse de los cines para no monopolizar la exhibición, además de la producción y la distribución. No cabe duda de que las plataformas de los estudios, y saltarse así la única pata del mercado audiovisual que no poseen, es otra forma descarada de monopolio que tarde o temprano se tenía que controlar, y Scarlett Johansson puede haber puesto la primera piedra.
Por supuesto, no lo ha hecho por debilitar a la industria, sino por defender su trato salarial y, de paso, sentar las bases para muchas polémicas que habían quedado poco más que en amenazas de Twitter. Lo cierto es que Viuda Negra no ha ido nada mal en cines, recaudando 135 millones de dólares en todo el mundo. Eso sí, lejos quedan los entre 600 y 1.000 millones de recaudación que solía alcanzar una producción de Marvel media.
Según recoge The Wall Street Journal de la querella:
Disney indujo intencionalmente a Marvel a quebrantar el acuerdo, sin justificación, impidiendo a la señora Johansson a lograr todo el beneficio del acuerdo.
Un portavoz del estudio, según recoge El País, ha rechazado la denuncia aludiendo a que esta subestima las pérdidas de la industria cinematográfica debido a la pandemia. Además, señala que Johansson se ha beneficiado también de los beneficios del estreno digital (25 euros) en Disney +.
Esta denuncia es especialmente triste y decepcionante en su cruel indiferencia a los horribles efectos, prolongados y globales de la pandemia del coronavirus. Disney ha cumplido totalmente el contrato de Johansson. Es más, el estreno con acceso premium ha ampliado significativamente su capacidad de ganar una compensación adicional por encima de los 20 millones de dólares qua ha recibido hasta la fecha.
Lo cierto es que, aunque si primer fin de semana fue el mejor en salas desde el comienzo de la pandemia, el segundo tuvo un desplome que no se veía en Marvel desde 2009. A los 135 millones de dólares que suma en cines, más de la mitad debidos a su primer fin de semana, se han sumado por ahora 60 millones en Streaming. Cifras altas, pero lejos de las acostumbradas en Marvel, especialmente para un Johansson que llevaba más de una década con la promesa incumplida de su película en solitario. No cabe duda de que la demanda judicial emponzoñará las relaciones de Scarlett Johansson con Disney y complica su futuro en el MCU pero el resultado de la demanda es todavía más importante para una industria que lo seguirá muy atenta. No cabe duda de que Johansson no será la última en protestar.