Un estudio dado a conocer en la revista de la asociación médica de Canadá (CMAJ) señala que la mayoría de los pacientes en hemodiálisis no desarrollan los anticuerpos adecuados tras recibir la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 y necesitan, por tanto, las dos.
El estudio, realizado por científicos del Instituto de Investigación del Centro de Salud de la Universidad McGill de Montreal, recomienda que los pacientes en hemodiálisis reciban la segunda dosis tres semanas después de la primera.
“Una sola dosis de la vacuna BNT162b2 (Pfizer) no produjo la respuesta de inmunidad humoral en la mayoría de los pacientes en hemodiálisis sin una infección previa de SARS-CoV-2, incluso después de una prolongada observación”, concluyó el estudio.
“En aquellos con infección previa de SARS-CoV-2, la respuesta de anticuerpos se retrasó. Aconsejamos que los pacientes que reciben hemodiálisis sean prioritarios para una segunda dosis de BNT162b2 en el intervalo recomendado de tres semanas”, terminó señalando.
El estudio recuerda que las personas que tienen que recibir hemodiálisis son especialmente vulnerables porque tienen que salir de sus hogares tres veces a la semana para recibir tratamiento en centros hospitalarios y sus índices de mortalidad por el COVID-19 se sitúan entre el 20 por ciento y el 30 por ciento, 10 veces superior al de la población general.
Canadá es el único país industrializado que ha decidido retrasar hasta cuatro meses la administración de la segunda dosis de las vacunas contra el COVID-19 para poder inmunizar parcialmente al máximo número de la población con al menos un inyectable.
La nefróloga Rita Suri, una de las autoras del estudio, explicó en un comunicado la recomendación de la segunda dosis de Pfizer en tres semanas y que las unidades de hemodiálisis mantengan rigurosas medidas de prevención y control de la infección de SARS-CoV-2 hasta que la eficacia de la vacuna es conocida”.
El estudio incluyó 154 pacientes que están recibiendo hemodiálisis en la provincia canadiense de Quebec, de los que 19 tenían una infección previa del coronavirus, así como un grupo de control formado por 40 voluntarios sanos, 20 de ellos con una infección previa de SARS-CoV-2.
Los científicos también estudiaron el plasma convaleciente de 16 pacientes de diálisis que sobrevivieron al COVID-19.
Para realizar el estudio, los científicos analizaron los niveles de anticuerpos y descubrieron que, tras recibir la primera dosis de la vacuna de Pfizer, los pacientes en diálisis que nunca estuvieron expuestos a COVID-19 presentaban niveles de anticuerpos menores que los de los participantes en los dos grupos de control.
Los anticuerpos no fueron detectables en el 57 por ciento de los pacientes que estaban recibiendo hemodiálisis. Y de los 154 pacientes en diálisis, cuatro desarrollaron el COVID-19 tras ser vacunados.
El estudio reveló que “los pacientes en hemodiálisis que no respondieron a las cuatro semanas tampoco respondieron a las ocho semanas, lo que es un argumento en contra de la posibilidad de una respuesta retrasada en estos individuos”.
“Los pacientes de más edad y aquellos con inmunosupresión tenían niveles incluso más bajo de tasas de sercovonversión, pero incluso pacientes más jóvenes sin inmunosupresión tuvieron una tasa de seropositividad más baja que las de los grupos de control”, añadieron los autores.
Con información de: lopezdoriga.com