Ante el inminente regreso a las escuelas por parte de millones de niños, autoridades sanitarias en Estados Unidos han comenzado a realizar planes estratégicos para prevenir infecciones de Covid-19, lo que podría ser replicado en México para salvaguardar a alumnos, docentes y personal administrativo que volverán a sus salones de clase.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), filiales del Departamento de Salud y Servicios Humanos de la Unión Americana, han planteado la importancia de una adecuada ventilación en las instituciones educativas como requisito para mantener ambientes saludables, así como programas de cuidado infantil para prevención al Coronavirus.
Una buena ventilación, recomienda el CDC, es un paso fundamental para reducir la acumulación de virus en el aire, ya que la ventilación puede reducir la probabilidad de propagación de enfermedades, por lo que propone usar ventiladores y filtros de aire, además de mantener las ventanas y puertas abiertas para expulsar el aire potencialmente contaminado y renovar el ambiente con aire nuevo que ingrese del exterior.
En México, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), existen 232,876 escuelas de nivel primaria, de las cuales 198, 348 son públicas y 34,528 son del sector privado. Hay un total de 32.9 millones de niñas y niños inscritos, el 90% está en instituciones públicas y 10% restante en privadas.
Para firmas como ECOTEC, empresa mexicana para la gestión profesional de soluciones ambientales, incluida la calidad del aire, es imprescindible el uso de tecnología de vanguardia para el cuidado de la salud y el mantenimiento de espacios desinfectados, por lo que entre su catálogo de productos ofrece soluciones para el cuidado del medio ambiente y protección de la salud contra el Covid-19 en lugares cerrados.
Juan Manuel Llera, socio-director de ECOTEC, expuso que, para entender cómo prevenir la propagación del Covid-19 en centros educativos, podemos basarnos en la metáfora del modelo del queso suizo que expone el virólogo Ian Mckay, en donde postula que existen varias capas de protección, imaginadas como rebanadas de queso, que impiden que el coronavirus se irradie. Ninguna capa es perfecta, ya que cada una tiene agujeros, “(…) sin embargo, varias capas juntas pueden ayudar a reducir la transmisión del virus considerablemente”.
De esa manera señaló que el aprendizaje presencial en las escuelas no necesariamente significa un aumento en la transmisión del virus, siempre y cuando los centros de educación cumplan con las recomendaciones de salud para evitar la transmisión del Covid-19 y otras enfermedades, lo que garantiza la salud de estudiantes, profesores y personal escolar.
Afirmó que es necesaria la implementación de desinfección en tiempo real de espacios ocupados, que permiten lugares seguros y libres de virus, como las lámparas de luz UVC 222nm con tecnología segura, confiable y eficaz, ideales para la desinfección e inactivación del Covid-19 en espacios cerrados aún en presencia de personas; esta innovación ha sido probada y utilizada en la NASA, el Departamento de Defensa y la Guardia Nacional de los Estados Unidos de América, entre otros lugares.
Asimismo, mencionó que incluir purificadores de aire es una forma de evitar la propagación de contagio considerablemente, ya que su tecnología hace un efecto de recirculación de aire en espacios cerrados lo cual permite desinfectar aire, superficies y cualquier objeto presente en los salones de clase. Indicó que otra forma complementaria de desinfección es la luz UVC, que por medio de un proceso fotocatalítico inactiva bacterias, hongos, virus y compuestos orgánicos volátiles, para así conseguir un regreso seguro a las aulas y que, además, dicha tecnología es inocua para seres humanos, animales y plantas.
Con información de: forbes.com.mx