Una persona que fuma más de 10 cajetillas por año, tiene cinco veces más riesgo de padecer cáncer de pulmón en comparación con una que no fuma.
Modificar estilos de vida, y optar por hábitos saludables, como dejar el tabaco, en el largo plazo puede generar enormes beneficios, como reducir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, que a nivel mundial se ha convertido en uno de los de mayor mortalidad, subrayó el doctor Bartomeu Massuti, jefe del Departamento de Oncología Médica, del Hospital Universitario de Alicante, España.
Señaló lo anterior, en entrevista con Crónica, en el marco de su visita a nuestro país, con motivo de su participación en un foro médico que se realizó en la Ciudad de México que se llamó Foro ALK, el cual se enfocó en esta neoplasia.
El médico investigador resaltó que el de pulmón es un cáncer que en la mayoría de los casos se diagnostica en etapa avanzada, debido a que de principio no presenta sintomatología alguna, salvo en algunos casos, como tos con sangre, dificultad respiratoria, pero muchas veces estos síntomas se confunden con otras complicaciones asociadas al hábito del tabaco, hábito —está perfectamente comprobado— cuyas consecuencias de su consumo comienzan a manifestarse 20 o 30 años después.
Cabe mencionar que en nuestro país este tipo de cáncer, por su frecuencia, se ubica en el séptimo lugar de mayor prevalencia, empero es el tumor más letal, por lo que se ubica como la primera causa de muerte por cáncer, lo cual provoca que cada año se registre la muerte de alrededor de ocho mil mexicanos por esta neoplasia, de los cuales, el 85 por ciento está relacionado con el consumo del tabaco.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señalan que en la última década, a nivel mundial, este cáncer ha registrado un incremento del 30 por ciento en su incidencia, cada año se diagnostican alrededor 500 mil casos nuevos, y ocurren 1.7 millones de decesos, con lo que las estimaciones son que hacia el 2030, se tendrán 2.7 millones de casos nuevos.
En este mismo sentido, señaló que las expectativas de sobrevida, hasta hace aproximadamente 10 o 15 años eran reducidas, debido —reiteró— a la complejidad para poder detectarlo en etapas tempranas, además de que no se contaban con medicamentos específicos.
“El tratamiento para estos pacientes es limitado, en comparación con otros cánceres de alta incidencia, como los de mama o de colon, pero en la última década se han observado cambios verdaderamente significativos”, en el sentido de que se han identificado alteraciones propias de este padecimiento que ponen en marcha la aparición del cáncer de pulmón; abren una ventana de oportunidad para atender a estos pacientes, a través de tratamientos dirigidos, que por lo general son fármacos orales (pastillas) los cuales son más eficaces que la quimioterapia clásica, tratamientos por vía intravenosa “y que por lo general actúan sobre toda célula que se divide”.
A diferencia de los tratamientos dirigidos, que actúan específicamente sobre las células de la enfermedad, y en esta segmentación del cáncer de pulmón, existen varios subgrupos y uno de ellos es al que se llama la enfermedad ALK, que supone entre el 3 y el 7 por ciento de todos los casos de cáncer de pulmón.
Lo delicado de este tipo de cáncer, en etapa avanzada, señaló, es que tiene una tendencia muy importante a hacer metástasis y extenderse a nivel del cerebro, sin embargo, la gran ventaja es que se cuenta con nuevos fármacos “dirigidos” específicamente a la enfermedad, que son más eficaces, “porque llegan mejor al cerebro y lo protegen de esta metástasis”, porque además, abundó, cuando hay metástasis, ocurre en una tercera parte de los 33 diferentes subgrupos de cáncer de pulmón.
Las personas con factores de riesgo son aquellas fumadoras, o quienes ya no fuman pero que lo hicieron por años, o quienes estuvieron expuestas a la inhalación de humo de leña durante gran parte de su vida, a quienes de manera preferente es recomendable se realicen una tomografía —al menos por tres años consecutivos—, para detectar de manera temprana esta enfermedad.
Ante ello, el doctor Bartomeu Massuti sostuvo que hoy, las “terapias blanco” brindan a los pacientes tratamientos más eficaces y con mayores expectativas de supervivencia, al establecer el tratamiento adecuado, que en su mayoría se deben combinar con algunas técnicas especiales de radioterapias “pero en su conjunto permite que estos pacientes tengan supervivencias que incluso son superiores a los 5 años”.
El primer fármaco específico para esta enfermedad —señaló— y que ya está en el mercado, es el Crizotinib, aunque resultó ser menos eficaz a nivel cerebral, y en la actualidad se han desarrollado otros fármacos con mayor eficacia y mayor protección a nivel cerebral que se llama Alectinib, el cual brinda una sobrevida de 34 meses, es decir, casi tres años.
“En estos momentos las opciones de tratamiento en México están en estos dos fármacos y se pueden administrar incluso, primero uno y después el otro, y en cualquier caso hay otros fármacos que están desarrollándose y algunos, incluso, ya están comercializándose en otros países que permiten ofrecer nuevas opciones de tratamiento a estos pacientes”.
Reconoció que el costo de estos tratamientos de terapias blanco, es un problema a nivel mundial, sin embargo, señaló, es importante ver el beneficio no sólo en cuanto ala prolongación de la vida del paciente, sino la calidad de vida que llevan, que es muy aceptable, aunado al hecho de que si no se toman estos tratamientos, hay otros costos adicionales, como cuando la enfermedad hace metástasis al cerebro “y eso tiene una consecuencia mucho mayor en síntomas y costos para los pacientes”.
Las Cifras
A nivel mundial, este cáncer ha registrado un incremento de 30% en su incidencia; cada año se diagnostican alrededor de 500 mil casos nuevos y ocurren 1.7 millones de decesos, con lo que las estimaciones son que hacia el 2030, se tendrán 2.7 millones de casos nuevos.
Fuente: OMS
Los principales síntomas
Tos persistente que no desaparece pese a haber tomado varios tratamientos médicos.
Dificultad al respirar, o tos con sangre, ante lo cual, no se debe retrasar la cita con un neumólogo para que realice una serie de estudios y poder tener un diagnóstico.
Con información de: cronica.com.mx