En la isla filipina de Joló, dos bombas estallaron sobre las 11.00 hora local frente a una catedral católica romana, causando al menos 17 muertos y cerca de 50 heridos, según la policía nacional. El coronel Gerry Besana, portavoz de un comando del ejército, detalló a Reuters que entre las víctimas podría haber tanto civiles como soldados.
Y es que, tras la primera explosión durante una misa dominical, las fuerzas del Gobierno respondieron al ataque, que fue seguido de un segundo artefacto que se cobró más vidas. Y aunque todavía ningún grupo armado ha reivindicado lo ocurrido, sí preocupa una posible participación del movimiento separatista Abu Sayyaf, cuya sede de operaciones está en Joló y durante décadas ha ejercido una amenaza terrorista con bombardeos, secuestros y decapitaciones.
Este supuesto atentado en la Región Autónoma del Mindanao Musulmán se produce una semana después de la votación de un referendo, que busca crear en las islas del sur una zona autoadministrada por sectores musulmanes. Eso en un país de mayoría católica, en el que facciones rebeldes han pedido la separación durante casi cinco décadas, dejando un saldo de 150.000 muertos.
El resultado de la consulta fue un ‘sí’ de 85% de votos, a favor de la creación de una autonomía llamada Bangsamoro (“nación de moros”), que se prevé que otorgue más estabilidad y paz en la región. Sin embargo, los votantes de la provincia de Sulú, donde se ubica Joló, lo rechazaron.
Para Filipinas, EE. UU. y otros gobiernos europeos el pacto de autonomía, basado en un acuerdo de paz con los rebeldes musulmanes en el año 2014, es la mejor herramienta para evitar un caldo de cultivo de extremistas en esa zona, donde el grupo Estado Islámico también tiene presencia.
No obstante, el futuro de Bangsamoro está lleno de retos sobre sus infraestructuras, escuelas, hospitales y otras medidas sociales, que el Gobierno central supervisará y apoyará aportando su partida de defensa, seguridad y política exterior y monetaria. En este escenario, el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF) será el garante de esta transición, con la que el vicepresidente Leni Robredo espera construir “una economía progresista y un Gobierno local responsable”.
Con información de: amp.france24.com