Miguel Ángel Martínez hoy tiene 60 años, y durante 3 décadas se dedicó a la traducción, tarea que empezó a decaer recientemente, por lo que ahora dice que está feliz con su nuevo empleo: barista de Starbucks.
“Durante 30 años trabajé en casa, con un mínimo contacto con la gente, por lo que ahora esto es muy contrastante, pero muy satisfactorio”, describe.
Él era cliente de una sucursal de esta cadena de cafetería, y una vez le preguntó al gerente si contrataban a adultos mayores, ya que había visto a uno trabajando ahí.
Le respondió que sí e, inclusive, le aseguró que él no tendría ningún problema de trabajar únicamente con adultos mayores, ya que eran puntuales, cumplidos con sus horarios y amables con la gente.
Hace un par de meses, Miguel Ángel acudió al Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), donde le informaron que había una vacante de barista. “De inmediato dije ‘¡quiero esa!’, y cuando me preguntaron que si sabía qué era, les respondí de inmediato que sí”.
Asegura que el panorama laboral para los adultos mayores es complicado, por lo que disfruta mucho esta actividad. “En mi casa me dicen que se me nota que estoy lleno de energía y gusto por lo que estoy haciendo”, describe
Con información de: lopezdoriga.com