Alfredo Beltrán Hernández nació en la Ciudad de México en 1942, pero nunca fue registrado ante el Registro Civil por sus padres.
Durante años, Alfredo utilizó su cartilla del Servicio Militar Nacional como documento de identificación; con ella pudo identificarse para obtener una oferta laboral y cambió su residencia a Toluca, donde ha vivido más de 30 años y formó una familia.
Sin embargo, cada vez le era más complicado demostrar jurídicamente su nombre, edad y nacionalidad, por lo que comenzó el trámite para obtener su acta de nacimiento.
“Fuimos al Registro Civil de la Ciudad de México, a Arcos de Belén, y ahí sacamos un documento de no registro. O sea, ahí nos revisaron que no estaba registrado”, narró Alfredo.
Luego, gracias al programa Registro de Nacimiento de Adultos Mayores del Estado de México, después de poco más de siete décadas logró obtener su acta de nacimiento.
“Básicamente el acta de nacimiento y es de la que realmente carecía. Cuando decidí venir a registrarme es por la necesidad de recoger el dinero de mis afores”, dijo.
Dicho programa es gratuito, lo que representa un ahorro para los mexiquenses del costo de los honorarios de un abogado, que a decir de los usuarios oscila entre los 10 mil y los 15 mil pesos.
Los requisitos para registrarse siendo mayor de 60 años son: presencia física de la persona, dos testigos de preferencia familiares con identificación oficial vigente y firma de formatos bajo protesta de decir verdad. Si cuenta con algún documento de identidad, se anexa al apéndice, lo que agiliza el trámite.
En las 263 oficialías del Registro Civil se han registrado 2 mil 468 inscripciones de nacimiento de adultos mayores en el periodo que comprende de septiembre de 2017 a julio de 2018. Las mujeres han ingresado mil 529 solicitudes por 939 casos de hombres.
En el marco del Día del Adulto Mayor, este programa garantiza a este sector acceso a su derecho a la identidad, lo que permite su completo desarrollo, como en el caso de Alfredo Beltrán Hernández, quien a sus 75 años planea oficialmente contraer nupcias con su compañera de vida, gracias a que cuenta con su documento primigenio.