Los consumidores pagaremos las consecuencias de la guerra comercial entre México y Estados Unidos, derivada de la imposición de aranceles por parte del gobierno de Trump al acero y aluminio de nuestro país, afirmó la académica de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México, María Esther Morales Fajardo.
La universitaria sostuvo que para “México será muy complicado sostener esta disputa, ya que los Estados Unidos son nuestro principal mercado de exportaciones”.
Explicó que la decisión que tomó el gobierno mexicano para amortiguar la medida de Estados Unidos, al imponer un impuesto arancelario a diversos productos norteamericanos, tiene como propósito aminorar el impacto inflacionario para el consumidor.
La especialista detalló que, sin embargo, hasta el momento, las proyecciones económicas indican que la inflación en nuestro país durante 2018 no rebasará los seis puntos registrados en 2017, consecuencia del movimiento de los precios de los combustibles.
Sin embargo, advirtió María Esther Morales Fajardo, las consecuencias económicas de la imposición de estos impuestos a los productos mexicanos se verán después de cuatro meses de aplicada la medida.
Puntualizó que el factor que puede generar mayores daños económicos al país es el resultado de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, punto en el que el gobierno federal debe insistir.
“Visualizo que la negociación del TLCAN derivará en un acuerdo bilateral y no trilateral, es decir, únicamente entre México y Estados Unidos. Me parece que la posición del gobierno mexicano es de desconcierto ante un pacto incierto y fallido. La actual administración federal está dejando todas las cartas de negociación al siguiente gobierno”.
Finalmente, María Esther Morales Fajardo lamentó que las autoridades federales no busquen activar otros instrumentos comerciales que ya tiene firmados con economías de Asia y América Latina.