Stephen Edward Koch, de 25 años, admitió el pasado lunes en un juzgado de Arkansas (EE UU) haber contraído el virus VIH para contagiar a otras personas. El joven también se declaró culpable de posesión de metanfetamina y de la distribución de pornografía infantil. Tras su confesión, Koch fue condenado a 50 años de cárcel, según informa el diario Northwest Arkansas Democrat Gazette.
En un principio, el joven fue arrestado por tenencia de drogas. Pero las autoridades judiciales se enteraron de que también veía y distribuía vídeos de pornografía infantil. Al ir a comprobarlo en su teléfono móvil, encontraron otro delito. Sus mensajes indicaban que había contraído VIH intencionadamente.
El fiscal, Stuart Cearley, afirmó que Koch planeaba acudir a una cita doble y no decirles a los involucrados nada sobre su situación. «No puedo sacar de mi cabeza esto. ¿Lo he entendido bien? El señor Koch contrajo VIH intencionadamente para infectar a otros?», le preguntó a Cearley el juez Robin Green. «Sí», contestó el fiscal.
En el mundo hay 36,7 millones de personas que viven con este virus. En los ochenta y primera mitad de los noventa del siglo XX, el diagnóstico de VIH era una doble condena: la muerte social, ya que el desconocimiento y el estigma de la enfermedad eran terribles, y a la física. Todo cambió en 1996 gracias a un nuevo régimen de tratamiento que permitió que ya no se hable de un mal mortal, sino crónico. Tomando medicación —por lo general— el virus queda bajo control y no hay prácticamente riesgo de contagio.
Cuando el juez le preguntó a Koch que si su intención era contagiar a otras personas, él lo confirmó. Green condenó al joven a 50 años de prisión en una cárcel de Arkansas por todos sus delitos. Además, Koch deberá realizar un programa de tratamiento para delincuentes sexuales en la prisión y no podrá tener ningún contacto sin supervisión con menores.
Con información de: elpais.com