Algunas veces entré a Los Pinos. Digamos que es como una casa de Infonavit pero un poquito más amplia.
Las escaleras no son necesariamente de cemento Cruz Azul, y a la entrada no hay tapetito que diga “Bienvenidos”.
La primera vez que fui, me parecía una mansión imponente, imperial y hasta bonita. Luego regresé y ya era parte de un conjunto de oficinas con cabañas integradas, muy parecidas a los Búngalos Lolita de Ixtapan de la Sal.
Los Pinos tenía – no sé si aún- un frontón inmaculadamente verde en el que, me imagino, los Presidentes en turno se echaban su cascarita con sus cuates; porras de uno que otro villamelón se escuchaban desde las tribunas que tenían sus respectivos cojincitos, y toda pelota que no hiciera lo que el Presidente quería, era obligada a trabajos forzados, y a ser remitida a una mesa de Ping- pong, por majadera.
Ahí estaban, seguro, el Secretario de Gobernación con unos chorcitos cacheteros, listo para esperar el saque de El jefe, mientras el Secre del Trabajo preparaba una “quemaditas”, para cuando acabara el punto.
El saque del Presidente era rápido, con algo de fuerza, intentaba ser certero, pero siempre pegaba en la lamina amarilla en la que empezaba la pared frontal, y que hacía un sonido espantosísimo que, a su vez, era la señal de que el mandatario la había vuelto a regar.
¡Fuera! Gritaba el Secretario de la Defensa que, con voz grave y bermuda verde olivo, mostraba su preocupación por el tiro, la pelota y la reacción del Presidente.
Qué tardes se han de vivir en ese lugar, pensaba yo.
Hoy, ante la probable llegada de un aspirante a la Presidencia, que dice que Los Pinos serán para el público, ya alisto mis chorcito rojo con rayitas blancas, dos camisetas de Los Diablos, y mis tenis Panam azules, para esperar la reta todos los fines de semana.
Andrés Manuel, que podría ganar – como los otros aspirantes- asegura que abrirá la puesta de Los Pinos para que todos vayan.
Ante esta posibilidad, he comenzado a visualizar el hacer un saloncito de fiestas infantiles en el complejo, que ya incluya mesas, sillas manteles y botana.
Los Pinos, ahí vamos, claro, si gana AMLO; sino, desde afuera te veremos a ti, a tu frontón y quizá, hasta tu tapetito de Bienvenidos.
¿Quién le entra conmigo?
Nos encontramos en @gfloresa7