Siempre han estado pero cada vez incrementan su presencia. En el presente proceso electoral, una legión de ocho millones de cuentas falsas –bots y trolls– difunde de manera sistemática mensajes en Whatsapp, Facebook, Instagram, Google, Snapshat, SoundCloud y Twitter para amplificar y volver atractivas ciertas conversaciones. Hasta ahora, han logrado posicionar cien temas, una actividad en la que el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade Kuribreña, es el que ha resultado más favorecido.
Un estudio de Metrics, firma de servicios consultivos y desarrollo de plataformas tecnológicas para soluciones de inteligencia de negocios, encontró ese número de cuentas automatizadas en la actividad generada en las elecciones de este año en México. La observación la realizó mediante algoritmos basados de inteligencia artificial del del 14 de diciembre de 2017 al 10 de abril de 2018. Se trata de una suerte de fotografía de lo que ocurrió en ese periodo, pero que se replica porque los factores no han cambiado.
La Universidad de Oxford en su estudio Troops, Trolls and Troublemakers: A Gloval Inventory of Organized Social Media Manipulation las denominó cyborgs. Según los analistas que firmaron este documento, a veces son bots y otras, trolls. Esta característica de ambigüedad les permite el camuflaje. Así que pueden esconderse en el inmenso planeta de usuarios de las redes sociales que en México es de 85 millones, según Metrics.
Las cuentas falsas no están sólo por las elecciones. La investigación de la firma dio con 20.5 millones de usuarios espurios o duplicados. Unas y otras pueden contribuir a generar en las redes noticias falsas, mediante la difusión de contenidos sin sustento informativo.
Bots un día o trolls otro, en abril de 2018 esas cuentas falsas integran una industria que opera en el ciberespacio sin regulación ni control y al final, interfiere en el diálogo abierto y espontáneo. En palabras de Carlos Páez Agraz, fundador de Mesura, estas cuentas simuladas han menguado el grado de credibilidad de las redes sociales cuando se efectúan procesos democráticos.
Con información de sinembargo.mx