A los mexicanos podría tomarnos más de un siglo concebir el significado y defensa de los derechos humanos en su estrecha relación con la dignidad de las personas, manifestó la investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México, Itzel Arriaga Hurtado.
La académica explicó que pese a la generación de diversas políticas internacionales para fomentar el respeto a los derechos humanos, a las que México se suma, registra un importante rezago cultural y social en dicho rubro.
De acuerdo con la especialista universitaria, las políticas internacionales identifican índices como la pobreza con una condición que afecta directamente la dignidad de las personas.
Puntualizó que en la estructura de desarrollo de la población se mide la calidad de vida y el bienestar social, por lo tanto, se evalúa el conflicto que se vive a partir de la economía y desde ahí se van abordando a los grupos más frágiles en el cumplimiento de sus derechos.
Sin embargo, indicó, la pobreza no es la única causa que incide en que haya una violación a los derechos humanos, ya que también las personas con condiciones económicas favorables pueden ser sensibles en su dignidad, por factores como su preferencia sexual o género.
Itzel Arriaga Hurtado consideró urgente que México conciba los derechos humanos desde esta perspectiva en la que cualquier individuo puede ser indefenso y no únicamente aquellos que se encuentran en una situación de pobreza económica.
El objetivo de las políticas públicas nacionales e internacionales en esta materia, sostuvo, es obtener la dignidad como personas y como sujetos de derecho. Detalló que países como Finlandia, Noruega, Irlanda y Suecia ya iniciaron con el proceso de dignidad de las personas, dejando de lado el tema de la vulnerabilidad, es decir, toman en cuenta el respeto a las personas sin observación, categorías, prejuicios o estigmas; dejan de lado el que una persona es más o menos que otra por alguna condición.