El pasado domingo, un testigo grabó el momento en el que una ola sorprende a la dueña del animal, la derriba y la empuja hacia la orilla. Posteriormente, el can alcanza la costa por su propia cuenta, mientras la mujer insiste en ayudarlo y lo toma en sus brazos, pero vuelve a perder el equilibrio a causa de la corriente. Después del susto, ambos logran salir del agua con ayuda de otra persona.
La mujer tuvo «mucha suerte» de no haber sido arrastrada mar adentro, indico el jefe del servicio local de guardacostas, Chris Ingall, ya que las aguas de esa zona aumentan de profundidad de manera muy repentina. Por ello, unos pasos más podrían haber sido fatales.
Con información de: heraldodemexico.com.mx