El cineasta mexicano Guillermo del Toro maravilló hoy al público del Festival Lumière de Lyon (este de Francia) al explicar, con todo lujo de detalles y altas dosis de humor, de dónde procede el universo repleto de fantasía, monstruos y seres extraños que ha dado vida a su obra.
Ante unas trescientas personas que abarrotaron el cine Odeón, el director -premiado recientemente con el León de Oro de Venecia por «The shape of water»- regresó a su infancia, que calificó de «extraña» porque pasaba mucho tiempo solo, sobre todo leyendo y devorando imágenes horrorosas.
«En la librería de mis padres había básicamente libros de biología, anatomía, antropología y arte, además de toda una enciclopedia de medicina», explicó Del Toro en su lección magistral de cine.
Seguidamente, hizo reír a la sala al decir que, por eso, llegó a pensar en aquellos momentos que «tenía todas las enfermedades, porque creía padecer todos los síntomas».
En la inauguración del Festival Lumière, @RealGDT se lanza por mariachi mientras lo filman.. ¡Michael Mann y Vincent Lindon! [vía @cloneweb] pic.twitter.com/zlLPH9q9ZZ
— SO FILM Esp (@SOFILMEsp) October 16, 2017
El creador de «El laberinto del fauno» y «Hellboy» recordó su primera relación con los monstruos cuando aún era un niño.
«En la televisión pasaba una serie con un mutante calvo y ojos gigantes. Yo estaba en la cuna y empecé a gritar. Mi psicoanalista me dijo posteriormente que eso me creó una especie de síndrome de Estocolmo. De ahí que adore ahora los monstruos», argumentó, provocando las risas del público entre el que se encontraban el director de cine también mexicano Alfonso Cuarón y la actriz española Marisa Paredes.
El toque siniestro en su cinematografía, que aparece bien reflejado en películas como «Crimson Peak», se lo debe a la Iglesia católica mexicana, «la segunda más sangrienta y escabrosa en las representaciones anatómicas después de la filipina», según el cineasta.
Confesó que había sido educado en una versión muy «cruda y oscura» del catolicismo de la mano de su abuela, que le solía decir que «tenía que pagar por todos sus pecados, de lo contrario sería envuelto en llamas».
Con información de: eloccidental.com.mx