A partir de ya, «La Gran Cibermuralla», como popularmente se conoce el brazo censor
del Gobierno, podrá saber quién está detrás de cualquier comentario que circule por el ya
controlado internet chino, donde los todos los usuarios tendrán que estar registrados con
sus datos personales reales.
Bajo el pretexto de frenar la difusión de rumores, contenido pornográfico o «información
prohibida» -que no se específica exactamente qué es, por lo que puede englobar cualquier
comentario crítico-, las autoridades dan un paso más en su afán por tener el control
sobre internet.
«Probablemente la normativa tendrá un efecto espeluznante, haciendo que los internautas
se autocensuren por miedo a ser encarcelados por ejercer su derecho a la libertad de
expresión», alerta a Efe la investigadora de Chinese Human Rights Defenders (CHRD),
Frances Eve.
No es la primera vez que las autoridades exigen a los usuarios que se registren con sus
nombres reales, pero la novedad es que ahora la responsabilidad recaerá en los proveedores
de los servicios si no se cumple la ley, lo que implicará un mayor control sobre todas las
publicaciones de los usuarios.
En la normativa, la Administración del Ciberespacio de China (ACC) recuerda que los
ciudadanos no deben utilizar internet para «perjudicar la seguridad y honor del Estado»,»derribar el sistema del socialismo» o «inventar o proliferar informaciones falsas para alterar
el orden económico y social».
«El control de la libertad de expresión puede traer consecuencias muy malas. Tapar la boca
de la gente es peor que tapar el paso de un río», opina un usuario en Weibo, el equivalente
chino a Twitter.
La investigadora de CHRD recuerda que, antes incluso de que entre en vigor la nueva
normativa, ya se han producido algunas detenciones, como la de Liu Pengfei, administrador
de un grupo de WeChat, la aplicación móvil más popular del país, donde, al parecer,
compartían información crítica sobre China.
Desde que a principios de septiembre la Policía de Pekín registró su casa y lo arrestó, las
autoridades han rechazado proporcionar a la familia información sobre su paradero.
Los foros y plataformas de discusión se habían convertido en un punto de intercambio de
opiniones, donde muchos solían recurrir a los seudónimos para burlar la censura ante el endurecimiento del control desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping, en 2013.
Precisamente, las nuevas restricciones llegan días antes de la celebración del XIX Congreso
del Partido Comunista, que comenzará el próximo 18 de octubre y en el que se esperan
cambios en la cúpula del régimen.
Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, ante situaciones sensibles, el Gobierno opta por
endurecer su aparato censor, que bloquea todo aquello que considera perjudicial o contrario
a las directrices oficiales.
Por ejemplo, en los últimos días, los usuarios de WhatsApp, que encripta sus mensajes y
di¡culta que éstos puedan ser monitorizados por terceros, están sufriendo continuos
bloqueos del servicio.
Cada vez son más son los usuarios que recurren a los servidores VPN para poder sortear la
censura oficial y acceder a páginas y aplicaciones bloqueadas por Pekín, como Google,
Twitter, Facebook, YouTube o Instagram.
Pero estos servicios de navegación anónima también podrían tener los días contados, ya
que las autoridades chinas han declarado la guerra contra estas «conexiones no
autorizadas», con las que quiere acabar a principios de 2018.
Con información de eluniversal.com.mx