México debe adoptar una nueva cultura sobre el envejecimiento, una visión más positiva sobre los adultos mayores, pues por ahora, tenemos una marcada tendencia a prejuzgar o discriminar a las personas por factores relacionados con la edad, sostuvo la especialista en Gerontología de la Universidad Autónoma del Estado de México, Heli Jesset Álvarez Hernández.
En el marco del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que se conmemora este 15 de junio, destacó que la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis) refiere que 24 por ciento de los mexicanos perciben la edad como una de las principales condiciones por la que no se respetan los derechos de las personas.
Además, abundó, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda, más de 10 millones de mexicanos adultos mayores (60 años y más) están en riesgo de sufrir las consecuencias de acciones o percepciones prejuzgadas.
Lo anterior, afirmó, a través de situaciones como el desempleo, maltrato, exclusión social, abandono y muerte social, es decir, la invisibilización, como consecuencia de creer que ya no aportan, que no son necesarios en la sociedad, pues se piensa que quien vale es quien produce.
De esta manera, dijo Heli Jesset Álvarez Hernández, egresada de la primera generación de licenciados en Gerontología de la UAEM, “se violan sus garantías fundamentales, como el derecho al trabajo y a la seguridad, su derecho a tener una vida digna y con calidad”.
Manifestó que existen ya políticas que ayudan a atender esta problemática, que marcan la pauta para atender las necesidades de los adultos mayores, como la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, que responde al Plan Nacional de Desarrollo y al Plan Sectorial de Salud.
Incluso, puntualizó, el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) tiene el reto de ayudar a las personas en condición de vulnerabilidad, para que sean tomadas en cuenta y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es pilar fundamental en la atención de problemas como maltrato y violencia, que puede ser física, psicológica, económica, social y sexual.
Indudablemente, concluyó Álvarez Hernández, es un problema real, que tiene que atenderse y este día designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas convoca a sensibilizar, concienciar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes.