La consigna no al silencio, repetida infinidad de veces cuando un periodista es asesinado, llegó a Los Pinos. Y desde el hondo dolor, la rabia y la indignación, fue escuchada por todos los asistentes: ‘’¡Justicia, justicia, justicia!’’
Surgió primero como una voz aislada, quizá temeraria, desde el área de los periodistas gráficos. Enseguida otros comunicadores la secundaron.
Esa voz primera fue la del fotógrafo Francisco Olvera, de La Jornada. Y no cayó en el vacío. Más tarde diría: ‘’Lo hice, porque yo soy el ofendido’’.
La muerte más reciente a manos criminales, la de Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en Sinaloa y cofundador del semanario Ríodoce, consiguió el hecho insólito de hacer sentir la protesta, el reclamo: ¡Ya no más discursos! “Que abran carpetas de investigación que no se analizan… que haya efectividad”.
La manifestación ocurrió en el momento justo de la convocatoria del presidente Enrique Peña Nieto a guardar un minuto de silencio en memoria de aquellos periodistas y defensores de derechos humanos que lamentablemente, en el ejercicio de su tarea, de su lucha, han caído en el cumplimiento de ese deber y de esa tarea a la que se han entregado.
Por lo general irreverentes y reclamantes cuando algunos invitados a los actos en la residencia presidencial o en Palacio Nacional levantan imprudentemente sus celulares para tomar fotos y obstruyen su trabajo, esta vez de nuevo fueron ellos –camarógrafos y fotógrafos– quienes usaron esa misma franqueza para manifestarse.
Porque la ceremonia pública –a la cual había llegado el mandatario sin recibir un solo aplauso luego de haber tenido una reunión privada con gobernadores y funcionarios del gabinete de seguridad– estuvo impregnada, para los periodistas asignados a cubrirla, de una tristeza profunda.
El propio Peña Nieto captaría esa atmósfera.
Por eso, cuando ya se retiraba y había concluido el protocolo de despedirse de los gobernadores y de los integrantes del cuerpo diplomático convocados –entre ellos los embajadores de Estados Unidos y Noruega, así como el nuncio apostólico–, el mandatario se detuvo ante la grada donde se ubican los reporteros gráficos.
Y a ellos dedicó unas palabras. El Presidente les envió un mensaje de pésame solidario, les agradeció estar presentes en esta convocatoria de compromiso
e insistió: tengan la certeza de que estos crímenes no quedarán impunes, y la labor que ellos realizaron porque la verdad siempre se conociera no será en vano, no habrá de quedar en vano el que ellos lamentablemente hayan perdido la vida
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Nadie replicó sus palabras. Cada parte se había expresado en su momento.
Fuente: jornada.unam.mx