La panda gigante Bao Bao llegó el miércoles a China tras un viaje de más dieciséis horas desde la ciudad de Washington, de la que partió en un vuelo chárter acompañada de una cuidadora y un veterinario, y casi treinta kilos de comida.
El oso, de tres años de edad, llegó a Chengdu, capital de la provincia suroccidental de Sichuan, a las siete de la tarde hora local (11.00 GMT), con un «aspecto saludable», informó anoche la agencia oficial Xinhua.
Bao Bao deberá permanecer en cuarentena de un mes en un espacio de unos cien metros cuadrados en la base de Dujiangyang del Centro de Conservación e Investigación del Panda Gigante de China, también en Chengdu, bajo la supervisión de un cuidador que la vigilará las 24 horas del día.
El centro limpió y adecuó el nuevo habitáculo de Bao Bao durante la mañana del miércoles y dispuso para su llegada bambú, manzanas, zanahorias y pan de maíz cocido.
Superado el período de aislamiento se unirá al programa de cría que dirigen el Zoológico Nacional de Estados Unidos y la Asociación China para la Conservación de la Vida Silvestre (CWCA, en inglés), pensado para dar continuidad a esta especie, tan inactiva sexualmente.
Bao Bao nació el 24 de agosto de 1993 en el Zoológico Nacional de Washington y es nieta de la pareja de pandas que el líder comunista Mao Zedong regaló al presidente estadounidense Richard Nixon tras su visita a China en 1972.
El animal es el undécimo panda nacido fuera de China que regresa al país asiático, tal y como establece el sistema de préstamos de pandas gigantes chino, por el cual cualquier ejemplar nacido en el extranjero debe regresar al país antes de cumplir los cuatro años de edad.
Un total de 43 pandas gigantes viven en 17 zoológicos de 12 países, entre los que se cuentan Bélgica, Japón o España.