Para combatir conductas antisociales desde la raíz, el gobierno de Metepec desarrolla un esquema de prevención entre las nuevas generaciones, buscando alejarlos de todo factor de riesgo.
Además de mayor número de elementos policiacos, patrullas, armamento y capacitación, que si bien son necesarios para combatir la delincuencia, la autoridad municipal anticipa, con un trabajo serio, erradicar actos que atenten contra el crecimiento cualitativo y armónico de la sociedad.
Para tal efecto, labora con acciones específicas enmarcadas en el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, en el que participan los tres órdenes de gobierno, diferentes sectores de la sociedad civil e instituciones de gran prestigio como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El programa operado por la dirección de Gobernación de la municipalidad, se fundamenta bajo la perspectiva de seguridad ciudadana, privilegiando la participación de la ciudadanía en la construcción de ambientes seguros a través de la prevención; así, se proyectó desde el año anterior, la atención a tres polígonos seleccionados por la alta concentración demográfica con impacto en la zona correspondiente: fraccionamiento Rancho San Francisco y los pueblos originarios de San Jerónimo Chicahualco y Santa María la Magdalena Ocotitlán.
De acuerdo a la dependencia, las acciones emprendidas parten del diagnóstico de la violencia, la delincuencia y la percepción de inseguridad, en consecuencia, se identifican los factores de riesgo y población de atención prioritaria (niñas, niños, adolescentes, jóvenes y mujeres) para las que se plantean acciones específicas en los ámbitos individual, familiar, escolar y comunitario.
Con la implementación de dichas medidas, asegura la instancia, disminuye el riesgo de sufrir situaciones de violencia y delincuencia mediante la ejecución de actividades recreativas con niños, niñas y jóvenes.
En la última sesión celebrada en el parque de la comunidad de San Jerónimo Chicahualco, los menores practicaron fútbol, basquetbol, entre otros deportes, generando una afección a dichas actividades en las que participaron padres de familia, generando con ello una cohesión a través de la comunicación y trabajo de equipo.
Al final, se busca consolidar el propósito de integración que incida en el fortalecimiento de carácter y convicción en los menores; de esa manera, evitar que sean presa potencial de violencia y delincuencia.