Regina, si los cálculos ginecológicos y las enmiendas de Trump y su tinte MissClairol no fallan, en unos días más te convertirás en toda una mexicana con IVA y gasolinazo incluido.
Aterrizas en un país adolorido y atolondrado. Un país quebrado, hambriento, que a veces se agacha y se va de lado, pero esperanzador y fuerte.
Aquí nos han enseñado voces autorizadas por las huestes celestiales, que éste es un valle de lágrimas donde hay que gemir y llorar para alcanzar la gloria. Yo no aspiro a tanto, y me conformo con un glorieta.
Con delicada paciencia he intentado que esa imposición de vivir estoicamente para pepenar un pedazo de paraíso no se cumpla en la vida de tus hermanos y de tu “pa”, que es el que te escribe.
La pachanga es lo nuestro, y con gozosa alegría ya te estamos esperando.
Vamos armándonos un desmadre natal e invitamos a Videgaray para que se cuente unos chistes.
Los meshicas que aguardamos la tercera llamada te amamos desde los primero tiempos.
Tienes una mamá inteligente, valiente y somnolienta (lo que en este país de tanto “vivito”, representa un amoroso logro). Prepara cada detalle de tu llegada. Te carga y te encarga todos los días a Dios.
Tres hermanas que son como el rumor del mar; a veces ruidoso y tiernamente violento como el de El Revolcadero y a veces sereno, apacible y pacífico como en Caleta (lugar al que todo mexicano debe asistir – y tú lo harás- para comprobar la existencia del pez Klinbebé)
Ale ( Pecas) es odontóloga. Cura los dientes y sé que algún día curará tu alma. Es la “mayorcita”, diría tu bisabuela y líder del cártel de Los Romeritos.
Gaby (Testera, Masquera y Nubia) es mi sabia conciencia. Su ternura hará que te derritas en sus manos. Te ama y amenaza con desbaratarte a besos. Será tu doctora de cabecera y “cuerpero”, y te arreglará el espíritu con sus manos blandas.
Pato (La chicharita del arroz) es mi sonrisa permanente. Es teatrera, “cantaora” y ahora bailarina de Balet. Quiere ser vagabunda y primera actriz.
Gabriel (El Tamal de Topa) es el desmadre más organizado y amoroso de la familia. Su mirada es luz todas las mañanas, y será luz tuya al verle.
Todos me aceleran el corazón.
Aquí ya estamos, a la espera de tu llegada. Aquí estamos a la espera de la vida, de la esperanza y de ti.
Camina despacio y llega bien. No hay prisa.
Llegas en medio de marchas y gritos. Yo te ofrezco la paz de mis brazos y el silencio amoroso de mi mirada.
De toda la tribu soy el más imperfecto, ignorante y primitivo. Los arriba mencionados me hacen, me forman y me educan todos los días.
Si traes torta que no sea del “Ojeis” no de “La Vaquita Negra”. Tu ya eres el regalo y el futuro.
Bienvenida, hija, a esta familia de amorosos que callan.
Gracias Dios por el privilegio de estar en tu jardín floreado y recibir esta responsabilidad superior.
Que comience la fiesta de la vida. Regina, está por llegar.
Nos encontramos en @gfloresa7