Un Dylann Roof impenitente fue sentenciado a muerte el martes por asesinar a tiros a nueve feligreses negros durante una sesión de estudios bíblicos en una iglesia de Charleston.
Un jurado deliberó unas tres horas antes de regresar con la decisión, lo que concluyó un juicio en el que el hombre de 22 años, autonombrado supremacista blanco, no luchó para salvar su vida ni mostró ningún remordimiento. Fungió como su propio abogado durante la fase de sentencia y nunca solicitó ser perdonado ni recibir misericordia, ni explicó sus razones para cometer la masacre.
Horas antes, Roof dejó ir una última oportunidad de rogar por su vida, al decirle a los jurados: «Aún siento como que tenía que hacerlo».
Mientras el acusado hablaba el martes durante unos cinco minutos, todos los jurados lo miraban fijamente. Algunos asintieron cuando él les recordó que habían dicho durante la selección del jurado que podrían sopesar imparcialmente los hechos de su caso. Sólo uno de ellos —señaló— tenía que estar en desacuerdo para que él pudiera evitar recibir una inyección letal.
«Tengo el derecho a solicitarles que me den una cadena perpetua, pero no estoy seguro de si serviría para algo bueno de todas formas», señaló.
Cuando se leyó el veredicto, él permaneció impávido. Varios familiares de las víctimas se enjugaron algunas lágrimas en silencio.
Al ser arrestado después de los homicidios del 17 de junio de 2015, Roof les dijo a los agentes del FBI que quería que los asesinatos que cometió trajeran consigo el regreso de la segregación racial al país, o tal vez que sirvieran como mecha para el inicio de una guerra entre razas.
En lugar de ello, los homicidios tuvieron un efecto unificador, ya que South Carolina retiró la bandera confederada de su Capitolio por primera vez en más de 50 años. Otros estados siguieron el ejemplo y arriaron las banderas de la Confederación y quitaron los monumentos en honor de ésta. Roof había posado con la bandera en algunas fotos.
Un juez lo sentenciará formalmente durante una audiencia el miércoles. Roof también enfrenta un juicio de pena capital en un tribunal estatal.
Fuente: hoylosangeles.com